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Jark Prongo rating:
9
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- es
June 25, 2014
142 of 250 users found this review helpful
Vamos a matapelo con la nueva obra de un grande de la asunción de riesgos en el campo del cine:
-la primera toma de contacto Scarlett con lo humano es igual de extraña de lo que sería para nosotros el mismo paso: da con la gente de peor dicción de todo el universo. Una rotura mayor sólo se podría dar apareciendo la susodicha en Murcia. Los escoceses con los que topa hacen pasar por bueno el inglés de un checo, primer ser al que medio entendemos, ayudando esto a crear cierta confusión entre si es en realidad el alien el humano o estos últimos los foráneos, constante en el film.
-Scarlett pasa de cazadora torpe a auténtica máquina de control demográfico. Y lo brillante es la simpleza del horror que espera a sus víctimas: pasamos de ver algo casi abstracto, la inmersión de estas en la nada, a lo que sucede en su interior. Todo en lógica consonancia con lo que cabe pensar que haría una raza extraterrestre que domina los viajes interplanetarios y quizá con un claro punto de inspiración en Rover, el globo vigía de la serie El prisionero, que daba miedo por su sencillez y por no poder ser explicado en términos racionales.
-cuando tras caerse de morros deja la vigilancia activa en busca de presas, las luces confluyendo y aturdiendo a Scarlett tienen gran parecido a las usadas por Michael Winterbottom en Wonderland para mostrar el microcosmos inabarcable que es una ciudad. Y cuando vigila quieta en la furgo ella se da un aire al perro de La Cosa de Carpenter.
-entendemos que la curva de aprendizaje de Scarlett en el ámbito de lo humano no es tan rápida, que hay mucha elipsis donde aprende a charlar de forma intrascendente, sonreír y coquetear tras innumerables horas de vigilancia. A lo que si asistimos es a momentos donde conoce otras movidas algo más traumáticas, tipo el intento de robo o el toparse con el chico con neurofibromatosis.
-el encuentro con cara mierda voy a calificarlo de excelso, de cumbre del cine. En diez minutos se funden El Hombre Elefante y Máscara en un juego pleno de lógica que sirve para que Scarlett termine por conocer lo que es ser humano vía la piedad –o eso creemos, pues aquí nada queda del todo claro-, darle un giro a todo lo anterior –el chico con neurofibromatosis es sometido a un ejercicio involuntario cruel a más no poder que le lleva a pensar que está siendo objeto de una cámara oculta- y a superar a ambas películas, pues el espectador debería sentirse mal con solo pensar que a él se le deja escapar exclusivamente por ese mal extremo facial que lleva a el-la alien a permitirle vivir gracias a un mecanismo de discriminación positiva inédito hasta hoy. Un ejercicio de bondad entre diferentes por causas distintas –el ser de otro planeta y el tener la cara hecha un cromo del Tato Abadía- que da una lógica aplastante a que exista ese entendimiento, la posterior liberación y el cambio que lleva a Scarlett de cazadora a jersey de entretiempo. No, es broma. Le lleva a ser la futura cazada.
-la transición voluntaria a humana tiene mucho de ascético y epifánico, hay no pocos planos detalle Bressonianos –la mano siguiendo el ritmo del Real Gone Kid, El Almuerzo Desnudo, la cabaña y violación final- que la convierten en una mezcla entre Mouchette y Una Mujer Dulce. El alegórico atravesar la niebla es muy Antonioni, visual –Identificación De Una Mujer- e intencionalmente –decide entender, tener la facultad de comunicarse. Y Tarkovsky también anda muy presente en esta segunda mitad de película, no pocas secuencias ven aparecer el fuego, el agua, el aire y la tierra ya sea combinados a falta de alguno o al completo. De hecho se puede pensar que Scarlett practica una ascética inter-planetaria, abandonado lo que nos figuramos es su curro en pos de lo que va descubriendo en la tierra, una nueva mística para ella-ello. Igual hasta es una Diosa.
-la primera toma de contacto Scarlett con lo humano es igual de extraña de lo que sería para nosotros el mismo paso: da con la gente de peor dicción de todo el universo. Una rotura mayor sólo se podría dar apareciendo la susodicha en Murcia. Los escoceses con los que topa hacen pasar por bueno el inglés de un checo, primer ser al que medio entendemos, ayudando esto a crear cierta confusión entre si es en realidad el alien el humano o estos últimos los foráneos, constante en el film.
-Scarlett pasa de cazadora torpe a auténtica máquina de control demográfico. Y lo brillante es la simpleza del horror que espera a sus víctimas: pasamos de ver algo casi abstracto, la inmersión de estas en la nada, a lo que sucede en su interior. Todo en lógica consonancia con lo que cabe pensar que haría una raza extraterrestre que domina los viajes interplanetarios y quizá con un claro punto de inspiración en Rover, el globo vigía de la serie El prisionero, que daba miedo por su sencillez y por no poder ser explicado en términos racionales.
-cuando tras caerse de morros deja la vigilancia activa en busca de presas, las luces confluyendo y aturdiendo a Scarlett tienen gran parecido a las usadas por Michael Winterbottom en Wonderland para mostrar el microcosmos inabarcable que es una ciudad. Y cuando vigila quieta en la furgo ella se da un aire al perro de La Cosa de Carpenter.
-entendemos que la curva de aprendizaje de Scarlett en el ámbito de lo humano no es tan rápida, que hay mucha elipsis donde aprende a charlar de forma intrascendente, sonreír y coquetear tras innumerables horas de vigilancia. A lo que si asistimos es a momentos donde conoce otras movidas algo más traumáticas, tipo el intento de robo o el toparse con el chico con neurofibromatosis.
-el encuentro con cara mierda voy a calificarlo de excelso, de cumbre del cine. En diez minutos se funden El Hombre Elefante y Máscara en un juego pleno de lógica que sirve para que Scarlett termine por conocer lo que es ser humano vía la piedad –o eso creemos, pues aquí nada queda del todo claro-, darle un giro a todo lo anterior –el chico con neurofibromatosis es sometido a un ejercicio involuntario cruel a más no poder que le lleva a pensar que está siendo objeto de una cámara oculta- y a superar a ambas películas, pues el espectador debería sentirse mal con solo pensar que a él se le deja escapar exclusivamente por ese mal extremo facial que lleva a el-la alien a permitirle vivir gracias a un mecanismo de discriminación positiva inédito hasta hoy. Un ejercicio de bondad entre diferentes por causas distintas –el ser de otro planeta y el tener la cara hecha un cromo del Tato Abadía- que da una lógica aplastante a que exista ese entendimiento, la posterior liberación y el cambio que lleva a Scarlett de cazadora a jersey de entretiempo. No, es broma. Le lleva a ser la futura cazada.
-la transición voluntaria a humana tiene mucho de ascético y epifánico, hay no pocos planos detalle Bressonianos –la mano siguiendo el ritmo del Real Gone Kid, El Almuerzo Desnudo, la cabaña y violación final- que la convierten en una mezcla entre Mouchette y Una Mujer Dulce. El alegórico atravesar la niebla es muy Antonioni, visual –Identificación De Una Mujer- e intencionalmente –decide entender, tener la facultad de comunicarse. Y Tarkovsky también anda muy presente en esta segunda mitad de película, no pocas secuencias ven aparecer el fuego, el agua, el aire y la tierra ya sea combinados a falta de alguno o al completo. De hecho se puede pensar que Scarlett practica una ascética inter-planetaria, abandonado lo que nos figuramos es su curro en pos de lo que va descubriendo en la tierra, una nueva mística para ella-ello. Igual hasta es una Diosa.
SPOILER ALERT: The rest of this review may contain important storyline details.
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Spoiler:
-cuando descubre el amor, recalcado por ese enorme Love de la fantástica OST de Mica Levi, humano y foránea se encuentran en idéntica situación: el uno es un alienígena para la otra y viceversa, y existe el mismo componente de atracción y de terror en ambos. Quizá sea una de las mejores secuencias que haya visto que puedan explicar lo que significa la tan famosa y manida palabra. Y sin necesidad de diálogo alguno ni de verbalizar nada, habida cuenta que es un sentimiento que se presta a escapar al significado que pueda darle una lengua o lenguaje, es sensóreo y nada racional.
-mucha gente se ha metido con el desnudo de Scarlett alegando que es el chico con neurofibromatosis quien no debería haberse montado con semejante cranco en la furgo por tener michelines, pechos asimétricos y ojeracas. Mal. Es un juego que supone humanizar una figura de sobra conocida por todos a través de estas imperfecciones, ese desnudo le hace ganar la categoría escolástica de humana. Y viniendo de quien en el plano real se muestra cual extraterrestre, siempre perfecta, siempre acertada, siempre infalible. Brillante jugada, Glazer. Y gracias por las pajas.
-al final llegamos a empatizar con algo que sabíamos que era un alienígena asesino y que así se nos muestra. Algo extrañísimo en una película que no busca tal cosa. Desde la forma -y fórmula- inicial de documental de alienígenas con el score de Mica recalcando que ella y el motorista son trigo sucio al último instante apreciamos una conversión, pero no se incurre en truco o subrayado burdo alguno que lo pretenda. Esto es muy difícil, y lo de tratar al público sin tutelarle en lo que debe y ha de pensar siempre se agradece.
Una maravilla absoluta de película, arriesgada y en la línea de lo que viene haciendo Jonathan Glazer desde Sexy Beast solo que mejor que Rebirth y todo. A modo de curiosidad añadir que me recuerda más todo lo que es Scarlett aquí a Mathilda May en Lifeforce y Kim Bassinger en Mi Novia Es Una Extraterrestre que a eso que se viene diciendo de que si es Bowie en la del Roeg o David Meca donde fuere.
-mucha gente se ha metido con el desnudo de Scarlett alegando que es el chico con neurofibromatosis quien no debería haberse montado con semejante cranco en la furgo por tener michelines, pechos asimétricos y ojeracas. Mal. Es un juego que supone humanizar una figura de sobra conocida por todos a través de estas imperfecciones, ese desnudo le hace ganar la categoría escolástica de humana. Y viniendo de quien en el plano real se muestra cual extraterrestre, siempre perfecta, siempre acertada, siempre infalible. Brillante jugada, Glazer. Y gracias por las pajas.
-al final llegamos a empatizar con algo que sabíamos que era un alienígena asesino y que así se nos muestra. Algo extrañísimo en una película que no busca tal cosa. Desde la forma -y fórmula- inicial de documental de alienígenas con el score de Mica recalcando que ella y el motorista son trigo sucio al último instante apreciamos una conversión, pero no se incurre en truco o subrayado burdo alguno que lo pretenda. Esto es muy difícil, y lo de tratar al público sin tutelarle en lo que debe y ha de pensar siempre se agradece.
Una maravilla absoluta de película, arriesgada y en la línea de lo que viene haciendo Jonathan Glazer desde Sexy Beast solo que mejor que Rebirth y todo. A modo de curiosidad añadir que me recuerda más todo lo que es Scarlett aquí a Mathilda May en Lifeforce y Kim Bassinger en Mi Novia Es Una Extraterrestre que a eso que se viene diciendo de que si es Bowie en la del Roeg o David Meca donde fuere.