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Grandine rating:
4
7.8
148,556
Thriller. Mystery
Leonard (Guy Pearce) is an insurance investigator whose memory has been damaged following a head injury he sustained after intervening on his wife's murder. His quality of life has been severely hampered after this event, and he can now only live a comprehendable life by tattooing notes on himself and taking pictures of things with a Polaroid camera. The movie is told in forward flashes of events that are to come that compensate for his ... [+]
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- es
July 26, 2008
46 of 86 users found this review helpful
Dicen que el cine, debe estar apoyado en los sentimientos y las emociones que son los que, verdaderamente, han de ofrecer al espectador ese amplio abanico que distinga las obras consideradas de calidad, de los meros pasatiempos, o de los films cuya finalidad se antoja difusa.
Precisamente, empiezo hablando sobre esos sentimientos, puesto que parece ser que el segundo largometraje de Nolan, "Memento", resulta estar apoyado más bien en el trucaje, la trama, el guión y el montaje, es decir, todas ellas acciones superfluas con las que se podría lograr una conseguida atmósfera o un buen planteamiento, pero que nunca podrían por si mismas cobrar la vital importancia que posee la emoción impregnando la pantalla. Para ello, se necesita algo más: Acciones, diálogos y momentos que nos hablen sobre sus personajes, sobre qué piensan o porque piensan así, y eso es precisamente lo que le falta a "Memento", que si bien presenta un rompecabezas estético y -dentro de lo que cabe- funcional, no nos sumerge en las dudas o inquietudes de su protagonista, Leonard Shelby, y tampoco llega, ni por asomo, a poder introducirnos en la mente de alguien que sabemos qué síntomas padece, pero nunca qué sensaciones le reporta toda esa maraña generada en su mente.
Lo único que hallamos, a cambio, son ciertos fragmentos en blanco y negro que recurren a una historia parcialmente real para hacernos partícipes de qué le sucede al protagonista y qué derroteros puede tomar su afección. Nada más.
Hasta ese punto, todo resulta más o menos aceptable dentro de lo que cabe, pero es precisamente durante esa parte que no debería generar demasiadas emociones a no ser que el trabajo realizado antes sea verdaderamente bueno -es decir, la culminación del guión- donde a Nolan se le escapa una risotada y, en forma de auténtica invención nos endiña un final incongruente a todas luces que, no sólo era innecesario, sino que además se encarga de destruir todo lo construido anteriormente para despachar con una pretendida sorpresa que no es tal, ya que no existe.
(Sigo en el spoiler)
Precisamente, empiezo hablando sobre esos sentimientos, puesto que parece ser que el segundo largometraje de Nolan, "Memento", resulta estar apoyado más bien en el trucaje, la trama, el guión y el montaje, es decir, todas ellas acciones superfluas con las que se podría lograr una conseguida atmósfera o un buen planteamiento, pero que nunca podrían por si mismas cobrar la vital importancia que posee la emoción impregnando la pantalla. Para ello, se necesita algo más: Acciones, diálogos y momentos que nos hablen sobre sus personajes, sobre qué piensan o porque piensan así, y eso es precisamente lo que le falta a "Memento", que si bien presenta un rompecabezas estético y -dentro de lo que cabe- funcional, no nos sumerge en las dudas o inquietudes de su protagonista, Leonard Shelby, y tampoco llega, ni por asomo, a poder introducirnos en la mente de alguien que sabemos qué síntomas padece, pero nunca qué sensaciones le reporta toda esa maraña generada en su mente.
Lo único que hallamos, a cambio, son ciertos fragmentos en blanco y negro que recurren a una historia parcialmente real para hacernos partícipes de qué le sucede al protagonista y qué derroteros puede tomar su afección. Nada más.
Hasta ese punto, todo resulta más o menos aceptable dentro de lo que cabe, pero es precisamente durante esa parte que no debería generar demasiadas emociones a no ser que el trabajo realizado antes sea verdaderamente bueno -es decir, la culminación del guión- donde a Nolan se le escapa una risotada y, en forma de auténtica invención nos endiña un final incongruente a todas luces que, no sólo era innecesario, sino que además se encarga de destruir todo lo construido anteriormente para despachar con una pretendida sorpresa que no es tal, ya que no existe.
(Sigo en el spoiler)
SPOILER ALERT: The rest of this review may contain important storyline details.
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Spoiler:
Y no existe puesto que es un recurso que usa el director para hacerte creer una realidad inventada que el protagonista no ha podido concebir dentro del film, ya que toda la historia paralela de Sammy, verdaderamente no ha podido ocurrir (puesto que sí hubiese acontecido antes del accidente, debería recordarla mínimamente bien -y no con roles totalmente cambiados-, pero si ha acontecido, como se nos muestra, es decir, tras el accidente, no debería recordarla ni lo más mínimo), y ello deja en cueros a Nolan, a él, a una meritoria (pero no lúcida) interpretación de Pearce y a un montaje que, podría tener su significado, pero termina por importarte un pito tras ver como te la han metido doblada por enésima vez.
En definitiva, otra obra maestra de mercadillo que dentro de 20 años nadie recordará.
En definitiva, otra obra maestra de mercadillo que dentro de 20 años nadie recordará.