-ACUSADO: … antes de ver dicha serie estaba a punto de matricularse en biología ¿sabe usted? le gustaba el baile aunque no lo hacía muy bien, no era guapa pero era resultona y rubia, y un día, mientras se tomaba un pequeño receso en una dura noche de estudio durante su preparación para sin duda sacar un 10 en la selectividad , pues como le he dicho tenia uno de los coeficientes más altos de este país con tan solo 10 años, enchufó la tele y dijo algo que me obligó a cometer tal atroz asesinato…
-JUEZ: Degenerado, lleváoslo de mi vista, pero antes dígame que es lo que dijo su pobre hermanita para que la matase, una criatura con tal futuro por delante que hubiera hecho realidad cualquier propósito sin apenas esfuerzo, si es cierto todo eso que cuenta sobre ella
-ACUSADO: Le prometo que es cierto señor: Dijo que si alguien con la “inteligencia” de Ana Obregón se estaba forrando haciendo la peor serie de la historia de este país, por el “módico" precio de unos cuantos suicidios de niños”, ella, mi hermana, que sí que poseía algo más que la capacidad de control de esfínteres y la capacidad de habla acompañada de una risilla desagradable, iba a ganar mucho más dinero haciendo una serie incluso peor, a pesar de que sin duda iba a marcar psicológicamente a muchos más niños que la propia Dina, abocándolos si era preciso al suicidio con tal de ganar dinero, pues a diferencia de Ana, tenia milimétricamente estudiado el marketing para que alcanzase una cuota de audiencia del 80%, y créame señoría que lo decía en serio, y lo hubiese logrado sin ninguna duda.
-JUEZ: ¿Insinúa usted que si no hubiese matado a su hermana, dentro de unos años el 80 % de los niños de este país hubiesen acabado enganchados a una serie peor que Ala..dina?
-ACUSADO: No lo insinúo señoría, lo afirmo con la mayor de las convicciones…y créame que quería a mi hermana más que nada del mundo, pero lo hice por el futuro de toda una generación.
-JUEZ: Pues a la vista de este último giro en los acontecimientos queda usted libre de todos los cargos y dios le bendiga, acaba de ganar usted la libertad y un admirador para el resto de sus días, ¡¡suéltenle de inmediato!!


Por cierto, reconozco que sería un guión muy cutre para un corto, pero teniendo en cuenta que la serie de la Obregón hizo 33 capítulos con una trama todavía peor, me permitiré el lujo de ponerle título a mi futuro corto, podría ser algo así: ¡Ala... mierda!