Average rating
6.4
Ratings
1,442
Reviews
572
Lists
10
Movie recommendations
- Ratings by category
- Contact
-
Share his/her profile
el chulucu rating:
8
6.6
375
Comedy
Wealthy Samuel Fulton is getting older and has no family of his own. He decides to leave his estate to the family of his first love, who turned down his marriage proposal years ago because he was poor. But he wants to test the family before leaving his money to them. He takes a room in their home and a job in the father's shop. He anonymously grants them $100,000. Harriet Blaisdell moves the family into a mansion and makes plans to ... [+]
Language of the review:
- es
February 23, 2015
14 of 14 users found this review helpful
Lo digo y lo diré siempre: Nada mejor que el cine para transformar nuestro estado de ánimo. Pero hay que buscar siempre la película que nos lo mejore, no que nos lo empeore. Así, si estoy triste, veré "Cantando bajo la lluvia" o "Siete novias para siete hermanos". Si necesito valor me pondré "Sólo ante el peligro". Si de lo que se trata es de atemperar el carácter, nada mejor que "Horizontes de grandeza". Si he dejado de creer en el hombre, por siempre "¡Qué bello es vivir!". Y, si un día, todo mi mundo se derrumba y no encuentro en él nada que me parezca hermoso y puro, buscaré otro mundo. Y lo hallaré en "¿Alguien ha visto a mi chica?"
Sólo necesitaré estar muy concentrado. Entonces, entraré en Hilverton, y ya no querré moverme de allí. Amaré sus calles, sus tiendas, sus colores, sus casas. Admiraré para siempre a un genio llamado Charles Coburn, poseedor del don de la ubicuidad, capaz de ser a un tiempo, camarero, tahur, Celestina, Santa Claus, pendenciero, bailarín... Y, cuando quiera descansar de tanto ajetreo, me tomaré un "Vesubio" en la maravillosa Tienda-Farmacia, brindando con James Dean y celebrando que el bueno de Douglas Sirk fundara Hilverton antes de dedicarse a triunfar con los melodramas.
Sólo necesitaré estar muy concentrado. Entonces, entraré en Hilverton, y ya no querré moverme de allí. Amaré sus calles, sus tiendas, sus colores, sus casas. Admiraré para siempre a un genio llamado Charles Coburn, poseedor del don de la ubicuidad, capaz de ser a un tiempo, camarero, tahur, Celestina, Santa Claus, pendenciero, bailarín... Y, cuando quiera descansar de tanto ajetreo, me tomaré un "Vesubio" en la maravillosa Tienda-Farmacia, brindando con James Dean y celebrando que el bueno de Douglas Sirk fundara Hilverton antes de dedicarse a triunfar con los melodramas.