Historia sobre dos pobres hombres arrasados por la crisis. Un humilde quiosquero que ha perdido el trabajo y un pequeño especulador inmobiliario endeudado. El primero es más inocente y honrado, el segundo más tramposo y lanzado. Los dos son padres de familia y se arrastran entre la indignidad y el engaño. Todo cambia cuando encuentran diez kilos de cocaína.
La película se debate entre la comedia costumbrista y el melodrama sensiblero.
La primera parte es entretenida e interesante. Predomina un tono de ingenuidad e inocencia que se agradece; es simpático y facilita la identificación. Se atisba una sana comedia cínica; una aventura picaresca de dos desgraciados sin principios. La pena es que se abandona esa posibilidad; nos quedamos sin haber disfrutado de una patética pareja cómica que se pierde en la corrupción y la juerga; que triunfa en la abyección y que, de paso, nos regala una sátira corrosiva sobre la sociedad actual (concretamente la gallega).
Pues no, a la mitad de la historia deciden volver a castigarnos con otra monserga adoctrinadora sobre lo buena que es en el fondo la gente humilde y lo estupenda que es la familia; "To er mundo é güeno" aunque se equivoque; visión maniquea e infantil con intención de agradar pero que solo aburre.
Película discreta, hecha con tacto y esmero pero que falla por su falta de valentía y personalidad.