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Russia Russia · Stalingrado
Ferdydurke rating:
6
Comedy Mortimer Brewster stops off in Brooklyn to visit his two favourite aunts Abby and Martha to tell them that he has just gotten married. However, he discovers the dotty old dears have been feeding their boarders poisoned elderberry wine, desiring only to make them happy in death. They have then convinced their mad brother who imagines he is Teddy Roosevelt to bury the thirteen bodies in the cellar. The situation becomes even crazier when ... [+]
Language of the review:
  • es
November 2, 2021
3 of 4 users found this review helpful
Pobrecillos. A tumba abierta. A galope tendido. Decreto secreto. The Gentlemen. Felices como asesinas.
La bondad es el disfraz que adopta el horror para hacer más daño, para pillar desprevenida a su víctima, para tratar de disimular su mal infinito. Nunca te fíes de una buena persona, son indudablemente las peores, a las pruebas me remito, huye como de la peste de esa horrible gente, no mires atrás, estatua de sal. La caridad, la hospitalidad, la amabilidad, la generosidad, el amor por los niños, el orden y el buen ánimo, la educación y la eterna sonrisa en la cara son las diferentes máscaras del diablo, versiones del mismo miedo, variaciones de un tema abominable. El crimen y el espanto tienen su hábitat natural en la forma de tías solteronas, en esos cuerpos serranos que ni siquiera andan, levitan como brujas preñadas de ponzoña, a falta de otra cosa, qué escándalo, se esconden en arcones pintones, quién los pillara, y sótanos ominosos, hacen acopio de fuerzas en los barrios más tranquilos y de solera, la carcoma. La eutanasia es el nombre que se le da a la mayor barbaridad, pérfido eufemismo, a la presunción de creerse un dios, esa infame altanería. Y en el otro extremo igual, la cara es espejo del alma, que se mueran los feos, los monstruos de barraca de feria son asesinos sin escrúpulos, los frikis, los vagabundos, las parejas de hombres que andan solos por el mundo causando pánico, asolando a la parroquia, qué harán en la noche más oscura cuando cierran las puertas de sus habitaciones, qué miedo, ni te acerques a ellos, no te fíes de lo que dicen en la tele, escapa del romanticismo, no seas tú también un trastornado o malogrado.
El bien está siempre en el puto punto medio, el que mira desde fuera, el que observa los toros desde la barrera, en la crítica (santa y verdadera, propia de los más egregios seres que en el mundo han sido, si se ejecuta con garbo y cojones, claro, aparta de mí la meliflua y acojonada, la rendida y vencida, la que quiere quedar bien con todo el mundo y se limita a repetir el tralará que se vomita por todas partes, los voceros de la oficial propaganda, los gratuitos cagados de la nada) teatral o de lo que sea, piensa.
Y las rubias o mujeres casaderas tan monas están dispuestas a sacrificarlo absolutamente todo con tal de conseguir el anhelado matrimonio, te han pescado, nen, e irse a todo correr al Niágara con Marilyn Monroe a hacer el indio a modo, les da igual echarse un millón de muertos a sus espaldas o bajo tierra, eso no es ningún impedimento si les das un beso a su debido tiempo, very bad things o lo que sea.
Y el mejor de todos, Tedy Roosevelt, por supuesto, me sacas de una duda morrocotuda, en Panamá, en su casa o en el África negra matando leones y cebras y jirafas y zarigüeyas a diestro y siniestro, ama la diversidad animal, siempre el más sabio y bien predispuesto, fiel, trabajador, pacífico, decidido, seguro de sí mismo, un alfa macho.
Retrato feroz de la clase media norteamericana llena de cadáveres en el armario, de antes y de ahora, siempre, caústico y revulsivo, insoportablemente certero y preciso, de esa familia tipo que hoy diríamos, hemos mejorado mucho, que son algo tal vez disfuncionales, que carecen quizás de la necesaria y amada empatía con el prójimo, que tienen algún tipo de psicológica minusvalía, diríamos sociopatía, que los pobres sufren de problemas mentales y hay que compadecerles y ayudarles, darles las buenas noches y prepararles un café con leche, cantarles una nana, no ofenderles, acurrucarles, di no a la terapia de choque y a los rinocerontes.
Es mejor al principio y al final, con la llegada de Frankenstein/Einstein (Hansel y Gretel, Hardy y Laurel) la cosa baja un poco, se atasca y atora, pero bueno, pese a su mucha puerilidad macabra, tiene un pase, gana en su cercanía a los hermanos Marx (Grant está estupendo, pero con Groucho todo hubiera mejorado mucho, ni hablar de meter al resto de hermanos para celebrar esta sagrada fiesta antimateria).
Y ella, Priscilla, la reina del desierto, es muy preciosa, un bombón de miel y chocolate, una delicia fina.
Y el mundo está lleno de gente que escribe idioteces, o cuenta batallitas absurdas/aburridas, y que además pretenden que se las lean, o escuchen, no veas cómo está el patio, hermano, sé de lo que hablo, el espejo te he robado, yo soy muy bello.
SPOILER ALERT: The rest of this review may contain important storyline details. View all
Ferdydurke
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