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Russia Russia · Stalingrado
Ferdydurke rating:
10
Drama Set against the turbulent political backdrop of France in the spring of 1968 when the voice of youth was reverberating around Europe, The Dreamers is a story of self-discovery as three students test each other to see just how far they will go. Left alone while their parents are on holiday, Isabelle (Eva Green) and her brother Theo (Louis Garrel) invite Matthew (Michael Pitt), a young American student, to stay at their apartment. Here ... [+]
Language of the review:
  • es
May 16, 2015
19 of 29 users found this review helpful
Asombrosa película. Obra total, abismal.
Una declaración de amor al cine y una certera y descreída radiografía política. Un canto emocionado a la juventud y una mirada escéptica a casi todo: la familia, el sexo, la amistad, el amor, los ideales... Una visión global sobre una época mítica, clave, y una observación microscópica sobre tres seres en medio de la nada. Un retrato íntimo y un aluvión de citas. Un tratado sobre el cuerpo humano y una cruda puesta en escena. Belleza y crueldad, sabiduría e inocencia. Un dejarse llevar, un vagabundeo culto y primitivo, una colisión de cosas tan diversas como un huevo frito y el libro rojo de Mao. Juegos prohibidos y Janis Joplin. Un escándalo y una maravilla.
La historia es sencilla. Un norteamericano (no es casualidad; el contraste entre el "nuevo mundo" y la vieja Europa) en París conoce a dos "siameses" (gemelos; se juega con esa ambigüedad, que son en verdad la misma cosa, separados pero juntos en esencia, comparten una misma alma) que pertenecen a la "masonería de los cinéfilos". Él es inocente y casto, sencillo y buen chico. Ellos son complejos y difusos, extravagantes y turbios. Él, juicioso y sensato, ellos, decadentes y lunáticos. Todos aman el cine por encima de todas las cosas. Y... ellos le enseñan, le educan, le prueban, le escrutan y valoran. Y... él agradece, corresponde, sigue, cree, admira, idolatra, ama. Juntos forman una Banda aparte, un trio armónico y cósmico. Pero... el paraíso siempre es perdido y él acaba descubriendo el juego, que todo solo era eso, un juego de niños asustados, refugiados, amurallados tras miles de películas, libros y músicas, contra/tras/frente a la realidad; dos hermanos abandonados por sus padres que se protegieron mutuamente y se escondieron del mundo con su amor fou, transgresor y virginal, que fingieron sofisticación y misterio para ocultar su terror y total incapacidad, sus caprichos e inutilidades, lo poco dotados que estaban para la vida, pero que llegados a un punto, la inevitable edad adulta, se vieron demasiado solos y con nuevas necesidades, o más acuciantes si cabe, sí, sexuales sobre todo, y buscaron un juguete, un instrumento que mediara entre los dos, que les permitiera hacer cosas que ellos dos solos no se atrevían, traspasar barreras, superar ciertos tabús, avanzar, crecer, y se fijaron en ese chico solitario tan majo y lo convirtieron en su rehén, lo secuestraron para su causa sin dudar porque, después de hacerle un detenido examen (esa estupenda escena del mechero en la que deslumbra a toda la familia por su originalidad e inteligencia es un buen ejemplo), se dieron cuenta de que era el adecuado, ya que a ellos no les valía cualquiera, pero este lo tenía todo, belleza, sensibilidad, desvalimiento, inseguridad, timidez, bondad, cultura, tiempo, afinidades..., e hicieron con él lo que quisieron, lo utilizaron a fondo, lo exprimieron como a un limón...,
SPOILER ALERT: The rest of this review may contain important storyline details. View all
Ferdydurke
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