Experiencia. Eso regala el cine, experiencia. Te lleva a algún punto en el tiempo, te entrega un sentimiento o te crea un universo. Año 2004, catorce años atrás, Pixar estrena Los Increibles. La definición de lo que es ser familia es dibujada por una película para niños, de manera sencilla y casi perfecta. Ser familia es simplemente apoyarse sin condición. Ser familia es obrar para que los sueños de los tuyos se concreten.
Hoy en la sala estabamos todos aquellos niños de catorce años atrás, algunos con sus hijos, algunos con sus parejas, otros con sus hermanos, todos memorando las aventuras de Mr. Increíble junto a Elastigirl, todos recordando que no hay nada más importante que ser parte de ese pequeño grupo de personas que, diferentes en todos los aspectos, siempre están ahí para lo que sea.
Los Increibles 2, fuera de todo pronóstico, parte justo donde terminó la primera, cuando todo el clan se prepara para enfrentar a El Subterráneo, un topo roba bancos. Tal enfrentamiento vuelve a poner en discusión la legalidad de los héroes y los daños colaterales que representan.
Ahora será Elastigirl la que se pondrá el overol y saldrá a defender el legado de los super, para derrocar la ley que les impide ejercer.
Los Increibles no falla a la hora de montar escenas de acción, con la banda sonora de un consolidado Michael Giacchino acompañando el compás, y la exquisitez de animacion del pincel de Pixar. Quizás el villano no está a la altura. Pero es lo de menos. El film se afirma de la base de su éxito: la familia lo es todo, nunca dejen de apoyarla.