Desde los tiempos de "Nanook el esquimal" (1922 / Robert Flaherty) considerado como el primer documental, la mezcla entre una observación objetiva de la realidad y una dramatización de la misma han ido de la mano. Docudrama o Documental de ficción han sido las etiquetas que han intentado definir el género.
El que nos ocupa del director novel británico afincado en USA, Otto Bell inclina la balanza al límite de la ficción por mucho que recree hechos reales, conformando un estilo marcadamente esteticista que nos regala imágenes bellas y poderosas pero que mina la espontaneidad de las acciones que se tornan previsibles y la empatía con los personajes reales que ejercen de actores de sus propios hechos. La voz narrativa en off de la actriz Daisy Ridley que se embarcó en la producción aumenta aún más la distancia hacia la ficción junto con la música new age que "endulza aún más" lo que estamos viendo. También hay que apuntarle en el debe la reiteración del mensaje feminista, dado que la niña Aisholpan es la primera mujer que de forma oficial es reconocida como cazadora con águila en una tradición kazaja ancestral dominada por hombres, en la que los cazadores se ayudan con las águilas para obtener sus presas en las duras condiciones climatológicas invernales de su tierra.

El carácter didáctico sobrevuela el metraje y asistimos a la vida cotidiana de los nómadas y al concurso anual de cazadores con águila en todo su esplendor colorido en unas tomas impresionantes realzadas por la espléndida fotografía de Simon Niblett. Bell selecciona los encuadres convirtiendo muchos planos en forzadas postales. Con todo y con ello el trabajo es meritorio y más teniendo en cuenta las condiciones del rodaje en esos increíbles parajes. Algunos premios así se lo han reconocido.

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