La cenizas del ultraconservador Walt se habrán removido incómodas ante el empoderamiento actual de sus adoradas princesas presentes y pasadas. Claro que habrán vuelto a asentarse tranquilas al constatar que ambas siguen dando pingües beneficios. La dupla Moore / Johnston nos traen de vuelta al entrañable Ralph y a su amiga Vanelope en su franquicia más Pixar seis años después.

Con un poderoso sustrato feminista en el que las chicas ya no necesitan la protección del macho grande y fuerte para sentirse como princesas en el caso que quieran serlo y una apuesta por la amistad en libertad, esta nueva entrega abandona la nostalgia de los arcade y nos sumerge en una red tan ordenadamente caótica que lo cubre y atrapa todo. La película no es tan redonda como su antecesora pero mantiene un alto nivel de entretenimiento donde la acción, la emoción y el humor viajan rápido por una impecable “banda ancha” colorista. Seguro que Ralph y Vanelope volverán a encontrarse en un futuro donde el entretenimiento tecnológico puede ser imprevisible.

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