Lysbeth Salander y la revista Millennium sufren un acoso espectacular durante toda la película, ya que están detrás del espectacular entramado que afecta a la seguridad nacional y por supuesto a todas las víctimas físicas y morales en esta historia.
Los miembros del grupo que aún siguen vivo, ponen toda la carne en el asador para silenciar todo aquello que les pueda perjudicar. Incluso, uno de sus miembros mata con una pístola a Salachenko en el hospital en el que estaban tanto el como Lysbeth, para posteriormente suicidarse.
A Lysbeth quieren volver a encerrarla por haber intentado matar a su padre con un hacha, para ello además argumentan que está rematadamente mal de la cabeza. Por supuesto, la persona destinada a realizar ese informe es un ex miembro del grupo.
Mientras tanto, en la revista empiezan a recibir amenazas para que no publiquen nada y dejen de investigar, pero Michael (a pesar de las advertencias de sus compañeros) pasa y continua.
Finalmente, Michael consigue todas las pruebas necesarias para demostrar la inocencia de Lysbeth, y se las da a su abogada. Entre estas pruebas, como no podría ser de otra forma, se encuentra el famoso video que Lysbeth grabó en la primera entrega, contra su tutor.
Ella es puesta en libertad y son detenidos uno tras uno todos los miembros del grupo y los que han ido interveniendo en esta operación tan estremecedora. Todos menos uno, el hermano de Lysbeth, quien intenta matarla por última vez, pero sin éxito.

Muy buena película. Gana la justicia por supuesto.