Cine, cine. Magia como con pocas películas puedo disfrutar a mi edad.
Estos canallas tienen la fórmula para entretener y emocionar; para hacer creíble lo increíble o, por lo menos, para embaucarme y hacer que vibre con un cuento. Los mejores recursos técnicos al servicio de una historia bien contada y que solo se apoya en simplezas como la lealtad, el cariño y la amistad. Eso no es transgresor, ni rompedor pero aquí funciona como una máquina de precisión.
No comprendo cómo unas imágenes que representan muñecos logran estremecerme tanto. Debe ser cine y magia.