Definir Los Soprano como una serie de televisión es injusto. Es muchísimo más que eso.
Tienen razón todos aquellos que dicen que las dos o tres primeras temporadas es una serie notable, entretenida y relativamente interesante.
Pero lo soblime viene justo desde ahí hasta el final.
Por qué sublime? porque Tony lo es. Porque los diálogos lo son. Porque no tiene nada que ver con todo lo demás. Porque hay capítulos que te transportan a la admiración, al asombro, a la crudeza y a la triste realidad de esta vida.
Después de terminarla, sé que los que amamos Los soprano, nos sentimos vacíos y tristes, y al mismo tiempo privilegiados.
Y estoy completamente convencido que todos los que intervinieron en ella, se sienten exactamente igual.
No creo que nadie del equipo soñara al principio el nivel al que acabó llegando Los Soprano.
La vida de la mayoría de personajes da asco, el dinero domina sus vidas. Como la de la mayoría de las personas.
El personaje principal, Tony, inunda la pantalla. Es todo fuerza, potencia y estilo propio.
Gracias a todos los que la hicieron posible.