Que Paul Newman fue uno de los mejores actores de la historia, no cabe la menor duda, y esta película lo demuestra, más allá de ese físico impresionante, esa mirada y ese sex-appeal sólo comparable al de Marlon Brando, también así es comparable su talento como actor, con un magnetismo tal que traspasaba la pantalla.

Es una película ambientada en el Sur de los Estados Unidos, en dónde destaca el afán por sobrevivir y el empeño de un joven que sin tener nada, lucha por conseguirlo todo, incluso el amor y el respeto. Lo mismo que una hija que pretende hacer frente a la tiranía de su padre y lograr su propia independencia en un mundo gobernado por hombres.

El beso entre Woodward y Newman es uno de los grandes besos del cine, sin lugar a dudas, con ese contraste entre la pasión que le pone Newman y la resistencia y frialdad de ella.

Y seguramente, más de una mujer recordará el momento en que Newman se quita la camiseta en el balcón frente a la ventana de la habitación... pues eso, los calores del Sur es lo que traen, un largo y cálido y sudoroso.. verano.