La ociosidad madre de todos los vicios: Julia es una mujer alcohólica irresponsable, desempleada y apática que pierde el juicio ante las necesidades que su enfermedad le confiere. En su intento por rehabilitarse conoce a una mexicana dentro de un grupo de integración, quien también vive en desesperación por la lejanía que mantiene con su hijo. Las dos mujeres comienzan una convivencia por beneficio, llevándolas a planear una tarea difícil, que por deshonestidad fracasará y les acarreará problemas nada fáciles por resolver.

Julia es un trabajo sumamente interesante, aquí ella no es la villana ni la heroína, es una enferma que busca salidas “cómodas” para las situaciones a las que se ve expuestas. El cambio de roles es algo a destacar, ya sea por convivencia, necesidad económica, ambiciones o afecto, Julia vive prófuga y uno de sus instintos hace acto de presencia, en el momento menos esperado y sin proponérselo.

La historia de inmigrantes hispanos a Estados Unidos tiene mucho que contar, la presente película lo hace desde otra perspectiva, enfatizando la importancia de los escrúpulos para el fracaso al momento de delinquir. Las locaciones en las que esta filmada se olvidan de la sofisticación primer mundo, se homogenizan de tal forma que la frontera solo puede ser percibida por los dos idiomas.

Estadounidenses y mexicanos ambiciosos, no importa el costo para las comodidades.

Interesante.