‘Los Mercenarios 3′ termina con un grandísimo tiroteo en el que todos los miembros del reparto exhiben sus capacidades físicas eliminando contrarios en coreografiadas escenas de acción. Hay persecuciones, disparos, adrenalina y mucha, mucha testosterona (y que salva, de algún modo, la desastrosa escena de acción inicial). Pero con todo y con eso, ‘Los Mercenarios 3′ sigue teniendo retazos de esa gran película de acción que prometen todos los cachas del reparto y que por tercera vez no ha sido.

Porque una saga que discurre por su tercera entrega debería haber hecho ya las pruebas suficientes como para sacar una tercera entrega más sólida que las anteriores. La primera cinta fue un experimento, un “haber que pasas”, y la segunda se conformó con ser una autorreferencia paródica donde solo las “puyas” entre los protagonistas salvaban la función. ¿Qué sucede con esta tercera entrega? Que intentando no caer en los mismos errores que las entregas anteriores, volvemos a caer en ellos de manera no intencionada.

Otra vez Barney se ve obligado a tomar decisiones cuando uno de los suyos cae/es herido en combate, otra vez ese dilema de “estoy mayor para esto, debería dejarlo”. Cuando se usa por tercera vez, empiezas a denotar que la fórmula empieza a estar bastante agotada.

No todo es malo en ‘Los Mercenarios 3′, es más, la película ha terminado siendo pasable a pesar de que es la más aburrida de la saga. Remonta el vuelo gracias a ese gran espectáculo pirotécnico final que hemos hablado pero además, una película que tiene a Mel Gibson desatado (y de villano) no puede ser mala. Es agradable ver en el meollo de la función, puyitas aparte para Willis, a Harrison Ford, que no desentona en absoluto.

Incluso el personaje de Banderas, y que puede desatar las iras de los aficionados, acaba siendo un golpe fresco en el guión. Quizás sea Banderas, que se lo curra y que aunque no sea tan bestia como sus compañeros de reparto, el tío tiene más registros que la mitad de ellos juntos. También puede ser que el guión haya construido un “personaje” con el que logro empatizar y al que, mira por donde, cojo cariño. No se casi cosas de Barney Ross, de Navidad o de sus secuaces. Sé que se llevan extraordinariamente bien y son un gran equipo (y las armas que maneja cada uno), pero más allá son más planos que una hoja de papel.

Como reflexión final volver a comentar que ‘Los Mercenarios 3′, sigue dejándonos igual, un gran espectáculo sí, pero no es la gran cinta de acción que llevamos años esperando y el público ya se impacienta. Demasiadas pruebas, demasiados intentos considerados como semi-fallos. Estos “yayos” del cine de acción se merecen una despedida por todo lo alto, a lo grande, que esperemos llegue en una cuarta entrega (oídme productores de Hollywood: Con Nic Cage como villano, ¡Por favor!).

Más en: https://alquimistacinefilo.wordpress.com