He de confesar que ‘The Collection’ me pareció una salvajada bastante disfrutable, una vuelta de tuerca al mundo de ‘Saw’ con un psicópata intrigante que si bien acababa volviéndose esquemática (al malo malísimo no hay manera humana de derrotarle) había dosis de “muy mal rollo” que acaba por ponerte nervioso.

Pues bien, por suerte o por desgracia ahora nos llega la secuela (creo que la primera entrega no llegó a verse en cines en España, pero la segunda parte sí, cosas de los distribuidores). En ‘The Collection’ se apuesta por seguir el esquema fijado en la primera entrega, pero decidimos ir un paso más adelante. Hay que ser más salvaje que la anterior entrega.

Hay límites que una persona está dispuesto a ver en pantalla y soy bastante tolerable, pero una especie de batidora gigante de personas dentro de una discoteca no es que sea, precisamente, un plato de buen gusto. Hay terror y horror y todo es muy “hardcore” (suena “guay” ponerlo en la crítica, pero cuando la veáis me daréis la razón). Si disfrutaste de la primera entrega y quieres ver más, métete al cine corriendo a verla. Servidor, que disfrutó a medias, ni disfrutó ni salió disgustado con ‘The Collection’.

Es lo que Hollywood entiende por secuela. Da más de lo mismo, pero desproporcionado. Quizás, sus creadores no entendieron que lo que funcionaba de la primera entrega, más allá de su enigmático villano, era la claustrofobia y el suspense. Aquí tenemos vísceras, sangre y menos dosis de lo anterior. Una pena.

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