En 1699, el capitán Kidd, un ex pirata sanguinario y ahora caballero de alta alcurnia, consigue que el rey de Inglaterra Guillermo III le conceda ser la escolta de un navío que transporta de la India ricos tesoros y personajes importantes. La tripulación se forma con ex presidiarios y, cuando han avistado al barco, lo asaltan y matan a su tripulación pero dejando viva a una dama importante con la que Kid quiere contraer matrimonio. El malvado capitán descubre que en su tripulación hay presidiarios a los que él en su arrastrada vida traicionó y debe eliminarlos, además de los espían que se han colado como polizones. Recuperar el tesoro escondido es su prioridad y cuantos menos testigos, mejor. Todo empieza a salir mal, sin embargo, y los infiltrados en la tripulación empiezan a jugarle una mala pasada a este sanguinario capitán. Finalmente los crímenes de Kidd son decubiertos ante el rey de Inglaterra que lo condena a ser colgado.

Una de piratas malos-malísimos haciendo fechorías por el Caribe, el Índico y el Atlántico con tesoro enterrado, abordajes, duelos, traiciones, cañonazos y demás rollos de las pelis de piratas. El único problema de la versión vista es que el sonido está descuadrado y los personajes mueven los labios y no se oyen ni pío y a la viceversa. En este sentido la peli es una calamidad. Además, al capitán Kidd le ha doblado una voz atiplada y nunca se sabe cuándo habla la muchacha o el Kidd de marras. En fin, un desastre técnico de cabo a rabo.