"Mary Poppins" es una película imprescindible dentro del género musical.

Lo que se demanda de un musical es que tenga buenos números musicales con buenas melodías dentro de una historia interesante, y Mary Poppins tiene todo eso. Es una gran adaptación de la novela británica de P.L Travers, adaptaciones tan buenas como estas ya no se hacen. Una pena que al autor de la novela original nunca le gustará la película por no tener una fidelidad ferrea a la novela y se tomaran algunas libertades, pero yo creo que fueron sin duda mejoras.

El relato sobre esta "nanny" británica que baja de las nubes cuando un niño lo necesita, es mágica, un sueño. Todo lo que los niños han soñado que suceda en su imaginación pasa en Mary Poppins, son una sucesión de ocurrencias ingeniosas y divertidas que entretienen en todo momento. Todo es una locura colectiva en esta película donde la gente muere de ataques de risa, merienda en el techo, se mete en dentro de los cuadros, vuela con paraguas o baila por los tejados. Y a esto hay que añadirle una cinematografía excelente para su época (los créditos del comienzo son únicos, las escenas que mezclan animación que personajes reales son expléndidas y a día de hoy no se han hecho mejores que estas, y la escena musical por los tejados de Londres es única e inolvidable).

Las actuaciones también son portentosas, y aunque el debut de Julie Andrews es interesantísimo, a mí personalmente me gustaron más las actuaciones de David Tomlinson como el autoritario padre, y Glynis Johns como la madre sufragista.

En definitiva, es un musical con números inolvidables, divertidísimos y perfectamente absurdos (Mary Poppins no tiene por costumbre dar explicaciones). Infantil y con una moralina algo escondida. Esta es la mejor película de Disney hecha con personajes de carne y hueso. Algo especial debe de tener cuando nunca envejece.

Lo mejor: Los números musicales.
Lo peor: El caracter algo cargante de la protagonista.