Esa es la única palabra con la que podría definir ésta película. Aunque a pesar de ser asquerosa como ya he dicho, es menos asquerosa de lo que pensaba, ya que estaba precedida por una gran polémica, pero he de reconocer que hay un par de escenas que dan aunténtico asco. Una película que no mantiene el interés y que se enrrolla demasiado hasta llegar al meollo de la cuestión y al tema por el que la gente va a verla: la tortura salvaje, cruenta y explícita. Agarraos bien porque se avecina una segunda parte. Según declaraciones de Eli Roth las protagonistas serían tres chicas y la película tendría una duración de 3 horas... esto último prefiero no comentarlo, la mayor tortura que nos pueden hacer es pasar tres horas de Hostel en el cine.