Es una película divertidísimamente rara si es que existiese esa expresión. Trata tres historias que son muy diferentes en cuanto a sus protagonistas, pero parecidas en el fondo. Tres grupos; unos nómadas mongoles, unos indios del amazonas y unos árabes en mitad del desierto; cuyas vidas son tan parecidas como espinete a una cuchara, pero todos ellos tienen una sola cosa en mente: ver la final del mundial como sea.

La historia a veces, como bien han dicho por ahí, se queda medio colgada y peca un poco de documental, pero en conjunto (y si superas la primera media hora, que es la más rollo), es divertido.