Click here to copy URL
Spain Spain · Villardeciervos
McKnight rating:
8
Drama Mark Renton (Ewan McGregor), an underdog from Edinburgh, and his pals are addicted to heroin. Drugs provide everything that their lives lack but hobble their prospects. Renton will try to get clean, but the influence of his friends and the allure of the drugs are too strong.
Language of the review:
  • es
September 17, 2008
5 of 5 users found this review helpful
Detentamos la libertad de expresión y no la utilizamos, nos la han dado, nos la han ofrecido, nos la han arrojado a nuestros pies y no la hemos querido, hemos sido incapaces de saber que hacer con ella; somos nuestra propia censura; el fútbol, la televisión, las revistas del corazón, etcétera son nuestro opio, nuestra cadena atada al tobillo, que amamos y mantenemos pulcra; no deseamos más que eso, no aspiramos a más, ¿podríamos? ¿deberíamos? ¿existe algo más allá que realmente merezca la pena, que nos sea desconocido o este mundo subterráneo y encapsulado es suficiente?.

Nos obligan a tener siempre una opinión, nos obligan a formar parte de algo, a actuar, a manifestarnos, sólo existir es demasiado insulso, despreciable, aborrecible; debemos ser alguien y serlo pronto, nos obligan a decantarnos entre el fracaso y el triunfo, entre ser alguién o ser un mendigo; nos presionan y lo más irónico de todo es que nosotros también formamos parte de esa presión, sobre nosotros mismos y sobre el resto de la ciudad, de la población; la civilización no nos es ajena, nosotros somos la civilización aun cuando la odiemos, aún cuando la rechacemos vilmente, nosotros somos sus raices, su entramado más íntimo; cada vez que compramos en el supermercado o sacamos dinero de un banco contribuimos a su idiosincrasia, a su funcionamiento.

Ellos nos crean las necesidades y ellos nos las satisfacen; tenemos el sueño del libre albedrío, pensamos lo que los telediarios nos digan, discutimos sobre lo que las radios nos digan, acudimos al cine según lo que los críticos nos digan. Y finalmente debemos mantener la sonrisa, amplia y aduladora, en las salas de espera de los hospitales, en el tránsito en ascensor con desconocidos que apestan a colonia de marca. Y después seguir, leer, dormir, descansar, desayunar y no desear “ser comido por las vacas estrujadas”.
McKnight
Did you find this review interesting and/or helpful?
arrow