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Herr Jasper rating:
7
6.6
21,178
Drama
Set in the high-stakes world of the financial industry, Margin Call is a thriller entangling the key players at an investment firm during one perilous 24-hour period in the early stages of the 2008 financial crisis. When entry-level analyst Peter Sullivan (Zachary Quinto) unlocks information that could prove to be the downfall of the firm, a roller-coaster ride ensues as decisions both financial and moral catapult the lives of all ... [+]
Language of the review:
- es
October 22, 2011
197 of 209 users found this review helpful
Margin Call, que además es la ópera prima de un prometedor J.C Chandor, es una estupenda película que se parece bastante a la gran película de David Mamet, aunque ésta la supera en todos los niveles. Una especie de hermana pequeña, sería.
Destacan el reparto y el guión y quizás la gran pega sea la bajada del ritmo en el tramo final. Cierto, no es el paradigma de la tensión. De hecho el río tras la parte media vuelve mansamente a su cauce ante el estupor del espectador, que se preguntará cuándo demonios le va a dar un ataque de heroísmo americano a alguno de los personajes. Porque eso es lo que pasa en las películas, ¿no? Que suena la musiquilla y tal...
Pues ahí precisamente está lo que me ha fascinado de esta película. Más que llamarlo atmósfera, lo llamaría sensación. Ese algo que está permanentemente flotando en la historia y que hace que no se te quite de la cabeza que si tan sólo uno de ellos levantase la voz, si tan sólo uno de ellos dijera que NO está dispuesto, si tan sólo uno de ellos tirase de la manta en vez de coger su parte por cerrar el pico... (sigue en el spoiler)
Destacan el reparto y el guión y quizás la gran pega sea la bajada del ritmo en el tramo final. Cierto, no es el paradigma de la tensión. De hecho el río tras la parte media vuelve mansamente a su cauce ante el estupor del espectador, que se preguntará cuándo demonios le va a dar un ataque de heroísmo americano a alguno de los personajes. Porque eso es lo que pasa en las películas, ¿no? Que suena la musiquilla y tal...
Pues ahí precisamente está lo que me ha fascinado de esta película. Más que llamarlo atmósfera, lo llamaría sensación. Ese algo que está permanentemente flotando en la historia y que hace que no se te quite de la cabeza que si tan sólo uno de ellos levantase la voz, si tan sólo uno de ellos dijera que NO está dispuesto, si tan sólo uno de ellos tirase de la manta en vez de coger su parte por cerrar el pico... (sigue en el spoiler)
SPOILER ALERT: The rest of this review may contain important storyline details.
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Spoiler:
...entonces habría esperanza y los culpables se llevarían su merecido. Pero esa hipnótica atracción que despiertan el dinero, el éxito y el miedo al fracaso en los hombres acaba devorando a todos los personajes. J.C Chandor se ha cargado el heroísmo americano con un guión bastante bien hilado y yo me quito el sombrero porque ha conseguido plasmar en esta cinta una de las claves, no sólo de la crisis de la avaricia, sino del ser humano: que nadie tiene cojones a tirar de la manta para salvar a los demás mientras pueda poner su culo a salvo.
Hay diálogos muy buenos, como la escena en la puerta de casa entre Stanley Tucci y Paul Bettany, la breve escena del lavabo o la conversación entre Jeremy Irons y Kevin Spacey al final en el restaurante. Aunque yo desde luego me quedo con ese final tan abrumador como insignificante (en apariencia) que le da el golpe de gracia a esos personajes cuyo único consuelo es que podrían pasarse cavando el resto de sus vidas porque tienen las cuentas a rebosar (como le dice el propio Irons a Spacey en la escena del restaurante).
Ahí está Spacey, cavando precisamente al final. Lleva 35 años trabajando para la empresa y lo único que tiene al salir de la oficina es a su perro muerto y una ex-mujer que se lo ha quedado con todo y que es incapaz ni de tan siquiera darle un abrazo al verle enterrando al perro en el jardín. "Tenemos alarma... no tardes mucho", le dice mirándole con una indiferencia que a mí me ha dado un miedo atroz. Esa forma de mirarle, tan inexpresiva... Y lo deja ahí solo con la pala.
Piénsalo y dime que la escena no es brutal.
Hay diálogos muy buenos, como la escena en la puerta de casa entre Stanley Tucci y Paul Bettany, la breve escena del lavabo o la conversación entre Jeremy Irons y Kevin Spacey al final en el restaurante. Aunque yo desde luego me quedo con ese final tan abrumador como insignificante (en apariencia) que le da el golpe de gracia a esos personajes cuyo único consuelo es que podrían pasarse cavando el resto de sus vidas porque tienen las cuentas a rebosar (como le dice el propio Irons a Spacey en la escena del restaurante).
Ahí está Spacey, cavando precisamente al final. Lleva 35 años trabajando para la empresa y lo único que tiene al salir de la oficina es a su perro muerto y una ex-mujer que se lo ha quedado con todo y que es incapaz ni de tan siquiera darle un abrazo al verle enterrando al perro en el jardín. "Tenemos alarma... no tardes mucho", le dice mirándole con una indiferencia que a mí me ha dado un miedo atroz. Esa forma de mirarle, tan inexpresiva... Y lo deja ahí solo con la pala.
Piénsalo y dime que la escena no es brutal.