No se puede negar que Ridley Scott es uno de los grandes directores del cine actual, pero también hay que reconocer que es un director que posee una gran ambivalencia en cuanto a calidad cinematográfica. En su filmografía existen grandes obras maestras como Alien, el octavo pasajero o Blade Runner, películas de calidad como Thelma & Louise, Gladiador o American Gangsetrs y horribles esperpentos como La teniente O'Neil o Hannibal. Luego están una serie de películas que pasan desapercibidas y finalmente está Black Hawk Derribado.

Pues bien, Black Hawk Derribado es una película bélica que trata sobre el conflicto armado que ocurrió en Somalia en 1993 entre el ejército Estadounidense y guerrilleros Somalíes durante una misión de paz organizada por la ONU. En este conflicto murieron entre 500 y 1000 personas.

La película refleja este conflicto con una impecable y espectacular calidad técnica, con escenas bélicas realmente buenas y de un realismo aplastante. Pero la película se queda solamente en eso, en un trepidante espectáculo pirotécnico, ya que esta totalmente vacía de cualquier sentimiento. El espectador al ver la película siente excitación por sus continuas escenas acción y únicamente se impacta al ver los continuos regueros de sangre y las vísceras de los soldados (americanos) que van muriendo poco a poco a lo largo del film. Los sentimientos humanos característicos de estar en la guerra no se reflejan en ningún momento, y sobre todo no se refleja lo más triste del conflicto, los numerosos civiles heridos y fallecidos durante la batalla.

De nuevo, y como suele ocurrir con el cine americano (y mas si es producido por Jerry Bruckheimer, productor de cintas como La Roca, Pearl Harbor o Armageddon) se da primacía al espectáculo visual que a los sentimientos, o lo que es peor, se da mas importancia a la cuestión económica que al mero hecho de hacer cine por amor al cine.