Realismo sincero, así se podría definir con dos palabras esta gran película.
Cine lento pero intenso, capaz de mostrar y reflejar el espíritu de las clase baja, los campesinos, de la Suecia de finales del siglo XIX, una sociedad que como otras tantas tuvo que emigrar hacia esa tierra tan deseada.
La película de una gran duración sirve sobre todo para mostrar la situación social de la gente del campo del pueblo sueco de finales del siglo XIX, el realismo conseguido es sorprendente, llega a crear unos retratos perfectos de dicha sociedad a lo largo de la película, desde la vida en el campo, el viaje a través del mar y la llegada a la nueva tierra, la ambientación en estas tres partes es prácticamente perfecta.
Se nos narra la dura vida del campo de los países nórdicos, de la cruda vida del invierno para estos campesinos que luchan contra la naturaleza apoyándose en una religión que no le sirve para nada, un mundo de ignorancia rodea a estas gentes que viven con un único sueño, una tierra sana para poder cultivar.
La primera parte de la película muestra la dura vida de la gente en el campo, los más ricos y los más pobres, todos ellos dentro de una pobreza general, se observa en la mirada de la gente su rencor y maldad como resultado del entorno en el que viven, emociones causados por la vida que les toca vivir, la crueldad es el pan de cada día de esta gente, cruel como el entorno en el que les toca vivir.
Dentro de esto se encuentra la ilusión de vivir, de amar y de una esperanza mejor para todos, la ilusión de una nueva tierra.
Aquí dará la segunda parte de la película, el camino hacia la nueva tierra, el reflejo sincero de aquellas personas que se atrevieron a dar el paso sin mirar atrás, sin saber las tremendas condiciones de viaje que tendrían que pasar para llegar a cruzar el océano, enfermedades, muertes y hambre serán las principales condiciones de viaje de estos pobres pasajeros.
Una vez llegados a la nueva tierra, al sueño americano, se nos muestra la realidad del otro mundo, no es todo tan bonito como se nos comenta, el viaje seguirá siendo duro a través del tren y barco e incluso a pie, hasta que al final llegamos a esa tierra productiva.
Fiel y sincero retrato de la realidad de los emigrantes europeos hacia aquello que se hacía llamar la nueva tierra; con una ambientación increíble llega a un realismo sin igual.