La forma del agua, una de las películas más laureadas de su año, provoca sensaciones encontradas.
Por un lado, es obvio su valor cinematográfico. La música de Alexandre Desplat es sencillamente maravillosa. La realización de Guillermo del Toro es la que siempre ofrece el mexicano, un virtuoso de la imagen y de la imaginación en cámara. Sólo él (y quizás también Tim Burton, aunque de otra manera) hubiera podido hacer esta película y contar esta historia. La fotografía oscura de Dan Laustsen otorga un carácter siniestro a la propuesta que le viene muy bien. Y sobre todo, el trabajo de todo su reparto, y muy especialmente de Sally Hawkins y Richard Jenkins, es soberbio. Hawkins lo dice todo con los ojos y el cuerpo, sin necesidad de palabras, y resulta memorable. Jenkins, por su parte, está encantador y adorable en un personaje que inspira mucha ternura en su devoción por la protagonista. Mención especial para Doug Jones, el mejor actor del mundo para dotar de vida y emociones reales a personajes de este tipo, como ya demostró en El laberinto del fauno o Hellboy.
Sin embargo, la película es el típico caso de cinta inflada por las buenas críticas, o dicho de otro modo: es buena, pero no tanto como se ha dicho, y eso juega en su contra, porque se espera más de lo que realmente da. Más emotividad, más originalidad, más emoción. Tiene de todo eso, desde luego, pero no tanto como cabía esperar o como se ha dicho en las críticas. Además, ciertas decisiones de guión son cuestionables (los poderes de la criatura, por ejemplo) y hay momentos, como el musical, que son directamente risibles. Al final le falta tensión también.
En definitiva, una bella película, con una preciosa historia de amor, pero que sospecho que era más sobre el papel de lo que realmente ha sido después en imágenes. Notable, a pesar de todo. Muy notable. Como casi siempre en el cine de Del Toro.

Lo mejor: La sensibilidad y belleza de la propuesta, y el excelente trabajo de Sally Hawkins y Richard Jenkins.
Lo peor: Decepciona un poco. Se esperaba más emotividad y originalidad.