A bote pronto, algunas reflexiones que me plantea:
- Habrá quien piense que la película habla sobre la juventud de aquella época. En mi opinión, se puede extrapolar completamente a la juventud de hoy. La diferencia es que, entonces, se estaba empezando a hipnotizar a aquella con la opulencia, con el exceso. Hoy día, se puede generalizar, la juventud ha "normalizado" esos cambios de entonces, y han quedado anestesiados, no tienen referencia alguna.
- Los jóvenes (y los humanos) en realidad no necesitan mucho para vivir satisfactoriamente. El crearles necesidades artificiosas los destruye, los sumerge en un pozo sin fondo. En la película, el momento de mayor felicidad del protagonista es cuando está con su chica en la playa. No necesitaba más.
- No caigamos en los tópicos haciendo alusiones del tipo "disciplina de reformatorio inglés". En todos lados cuecen las mismas habas. El sistema penitenciario, o reformatorio, es, sobre todo, destructivo. El mundo, como lo conocemos en los países ricos, produce esos individuos problemáticos. Y luego trata de "arreglar" el problema con unas instituciones estatales absolutamente inquisitoriales. En esta cinta no se ceban con la violencia de este tipo de lugares.
- Cuando se va a producir la carrera del final, entre los jóvenes ricos y los jóvenes del reformatorio, uno de estos últimos se sorprende de que los ricos vayan voluntariamente y con aceptación, al colegio o escuela. Y no es para menos. Si lo pensamos, los "centros de educación" normales, ¿qué son sino? tal es la labor de normalización que se ha hecho del sistema educativo. Para mí no hay duda: Los centros escolares, mayormente, son una forma de cárcel.
- Cuando los dos amigos están viendo la tele en casa, aparece una especie de ministro del Gobierno, hablando de la explosión de riqueza, de opulencia, que se avecinaba, y del precio que había que pagar por ella, que no era otro que un aumento de la disciplina. Así nos compraron entonces. Así hemos llegado al día de hoy. Lo malo es, como se comprueba en los hechos que actualmente nos acontecen, es que el siguiente paso va a ser empezar a quitarte todo, y te van a obligar a disciplinarte aún más. Tal es la nocividad del sistema estatalista que vivimos.
- Me sorprendió que, en esa misma escena de la televisión, el ministro ya habla de "infectar", de "virus"...
- Podemos comprobar, cómo los personajes que representan a cargos o puestos de responsabilidad en determinados trabajos, se encuentran todos mediatizados y anulados por esos cargos. Sus personalidades desaparecen tras el interés que tienen en medrar. O tras la obediencia sumisa.
- La escena del protagonista con la especie de psicólogo es tremendamente reveladora: lo absurdo de las técnicas psicológicas que se utilizaban, esa esencia estupidizante que destilaban. Usaban a los individuos como cobayas, lo siguen haciendo ahora, aunque tapado con ideologías "buenistas".
- También es reveladora la técnica que utiliza el director del reformatorio para conseguir sus fines: enfrentar a los dos mejores deportistas del colegio para estimularlos y ganar "su" carrera. Lo siguen haciendo hoy día. Nos enfrentan a "los de abajo" para mantenerse ellos arriba. Así se ha hecho siempre, no nos pongamos vendas en los ojos.
- El protagonista al principio se muestra respondón, pero luego aparenta docilidad. Esa es "la soledad del corredor de fondo".
- La escena final: el protagonista entrega la carrera, le da una "patada" en toda la boca al director. Muy convincente. Nada de se escapa y vive feliz (que tampoco esta mal, jajajaja). La resolución es muy real. Una acción anti-sistema. Significa que colaborar con el sistema es mantenerlo. El protagonista muestra una dignidad que no sé si otros comprenderán. Es una acción pequeña de un espíritu grande.
No me caben ya más reflexiones. Un 8,8.