Realmente la película solo tiene una cosa: la enseñanza que desea transmitir. Que, aunque es algo tramposa, puesto que rara vez la historia se desarrolla de forma tan sencilla y feliz, es necesaria porque esta película, señoras y señores, es para niños. Los niños no se van a fijar en si tiene tintes de cuento de hadas, sino que absorberán el producto de forma general y sin pararse en los detalles. Es una película necesaria, se puede poner en el cole, yo fui con dos amigas maestras que estuvieron todo el rato llorando de emoción.

Pero el caso es que yo soy ya un adulto, así que no me impactó (salvo algunas palabras / imágenes cuando ya llegaba el final). El resto de la película es un déjà-vu de las típicas películas americanas de sobremesa para ver en familia con los peques. Alguna bromilla de por medio, colegio, casa, amor adolescente, bullies, etcétera. Cosas que hemos visto mil veces.

En resumen, película que los peques deberían ver porque transmite un bonito mensaje sin ser aburrida, pero los padres pues igual miran el reloj de vez en cuando como yo.