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Don_Cristal rating:
9
7.9
116,994
Animation. Fantasy. Adventure. Comedy. Kids As Andy prepares to depart for college, Buzz, Woody and the rest of his loyal toys are troubled about their uncertain future. After being accidentally thrown away, the toys land in a room full of untamed tots who can't wait to get their sticky little fingers on these "new" toys. It's pandemonium as they try to stay together, ensuring "no toy gets left behind." Meanwhile, Barbie comes face to plastic face with Ken (yes, that Ken).
Language of the review:
  • es
August 2, 2010
4 of 4 users found this review helpful
Toy Story 3 es amarga y no tiene piedad. Nos empuja con crueldad hacia nuestro pasado, nos rasga el pecho y nos arranca el corazón. Y lo peor es que hace todo eso con nuestro consentimiento y de la manera más honesta posible.

Hace ya quince años se estrenaba una película que marcaría una nueva era en el cine de animación. El primer Toy Story fue un pequeño prodigio animado, una buddy movie muy particular, que enaltecía el valor de la amistad y la imaginación. Pero en medio de tantos colores atrevidos e ingeniosos gags, empezaba a gestarse ya una idea negra que terminaría creciendo y contaminando el resto de la franquicia: el miedo al abandono y la inutilidad. Woody vio en la llegada de Buzz (y en la consiguiente amenaza de sustitución) el primer indicio del fin de una era (la metáfora perfecta del cambio de paradigma y de la sustitución de los héroes: el cowboy que deja su lugar al astronauta). En aquel momento, no fue difícil aliviar la tensión y darle un final feliz a la cosa.

Pero la idea no murió ahí y acabó por incorporar una nueva dimensión (más evidente, más cruel) en Toy Story 2. Jesse, la simpática cowgirl, protagoniza el momento más dramático de la saga (¡hasta ese momento!) con la canción When she loved me. Nos encontrábamos ante algo inevitable: los niños crecen y los juguetes no. Era una realidad contra la que Buddy, Buzz y Mr. Potato no podían luchar. En todo caso, y una vez más, Pixar decidió aplazar la cuestión. Andy seguía siendo un niño y había que aprovechar hasta el final...

Pero llegamos a 2010; y Toy Story 3 no se anda con rodeos. Desde el principio demuestra que está aquí para archivar nuestro baúl de los recuerdos. La magnífica secuencia inicial, calcada de la secuencia inicial de la primera parte, se interrumpe de manera abrupta por una elipsis que nos transporta a una actualidad en la que los juguetes planean complicadas 'operaciones militares' sólo para que su dueño se dé cuenta de que existen. Es el primero de los muchos puñetazos en el estómago que nos prepara la película.

Toy Story 3 está lleno de grandes personajes y de personalidades entrañables, con sus respectivas taras y manías. Tal vez por eso sea tan fácil crear un argumento tan denso y, a la vez, tan poderoso, que nos lleva a temer por la vida de 'nuestros amigos' (el último tercio de película es la mejor lección de storytelling clásico que se puede ver en lo que va de año).

Claro que tiene los habituales gags infantiles y una paleta de colores primarios envidiable (aunque para mí todos los colores son primarios) para agradar a los más pequeños. Aún así, el verdadero público de Toy Story 3 no son los niños. Soy yo, eres tú, es el tío mayor y gafotas que se sentó a mi lado en el cine. Son todos aquellos que un día construyeron universos imaginarios con la ayuda de pequeños amigos de plástico y que miran atrás con la mirada cansada y cenicienta del presente.

No existen películas perfectas, pero por suerte existe Pixar.
Don_Cristal
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