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Javi McClane rating:
7
Drama The Spanish National water-polo team became one of the best teams in the world thanks to a challenging program and hard personal experiences. They finally won a medal at the Olympic Games in Barcelona in 1992.
Language of the review:
  • es
August 25, 2022
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’42 segundos’ es un drama deportivo que sigue las peripecias de la selección española de waterpolo en las Olimpiadas de Barcelona 92. He tenido la suerte de acudir al preestreno de la cinta española (siendo bastante triste lo vacía que estaba la sala, con un público que desaprovecha este tipo de oportunidades…), y la verdad es que he salido encantado de la sala, gracias a una propuesta consciente de sí misma, sin intención alguna de reinventar el género, y que cumple su cometido a la perfección.

En la dirección tenemos al debutante Àlex Murrull (también director de fotografía) y a Dani de la Orden. Respecto a este último, tiene una filmografía tan curiosa como irregular, con comedias de usar y tirar, así como producciones más inspiradas (no me cansaré de recomendar la maravillosa ‘Litus’, la divertida ‘Mamá o papá‘, o la reivindicable ‘Loco por ella‘), siendo un cineasta a tener en cuenta, a pesar de algunas producciones olvidables.

Afortunadamente, éste no es el caso, ya que junto a su compañero, realiza una labor tras las cámaras encomiable, jugando con una interesante paleta de colores (sepia cuando entrenan en Andorra, más colorida en la parte final) y presentando una factura técnica más que efectiva, con mención especial al montaje, como en la memorable escena del entrenamiento (atención a la selección musical).

Eso sí, quizás le encuentre un pequeño contra, ya que me hubiese gustado ver más escenas de partidos, poniendo sus responsables toda la carne en el asador en el desenlace, pero pasando por el resto de forma superficial. Entiendo las dificultades de rodar en el agua y de recrear un partido de waterpolo, pero era la oportunidad perfecta para redondear el conjunto añadiendo más espectacularidad, dejando la sensación de que la desaprovechan, con unas escenas acuáticas que quizás no estén a la altura del resto de elementos. A pesar de ello, la película no tiene nada que envidiar a otros dramas deportivos al otro lado del charco, y me refiero también al guion.

Y es que el film tiene claras las bases del género, bebiendo de propuestas similares y presentando una historia que quizás suene a ya vista, pero que deja la sensación de que se han hecho los deberes, con un gran trabajo por parte del guionista, el cual no renuncia al clasicismo de la historia, aceptando y respetando las reglas del género de los dramas deportivos. No ofrece nada nuevo, ni falta que hace, porque la cinta tiene las ideas muy claras, saliendo totalmente airosa respecto a otras producciones de la misma índole. A destacar cómo se abordan temas como los de las adicciones y excesos, así como el sentimiento de culpa y los traumas personales, y sin olvidar lo bien dibujados que están los personajes, especialmente sus dos protagonistas principales, con dos actores en estado de gracia.

Por un lado tenemos a un inmenso Álvaro Cervantes, volviendo a confirmar que es el mejor actor de su generación y un monstruo de la interpretación. Estamos ante un auténtico camaleón, capaz de meterse en cualquier papel, y ésta no es la excepción, con un personaje comedido e introvertido, y al que Cervantes le sabe sacar todo el jugo.

Una delicia, y lo mismo se puede decir de su compañero, Jaime Lorente, un intérprete al que todavía no había visto en acción, pero que aquí convence con su efusiva e visceral actuación, haciendo de Pedro García Aguado (sí, el de ‘Hermano Mayor’). Se nota que le gusta hacer de chulo, y el papel le viene como anillo al dedo. Sobra decir que ambos tienen una química espectacular. Los secundarios también están estupendos, pero la mención especial es para un increíble Tarik Filipovic como entrenador del equipo. Por lo tanto, un reparto de diez.

En conclusión, estamos ante un gran drama deportivo como los de antes, hecho con cariño y esmero, y que es desde ya, y por derecho propio, una de las mejores producciones españolas del año, y posiblemente la mejor (espero que la tengan en cuenta para los próximos premios Goya, o tendremos un problema…). Podemos estar orgullosos.

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Javi McClane
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