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Spain Spain · Madrid
ordell rating:
9
Drama Inspired by a real recent event, Camino is an emotional adventure about a brilliant eleven-year-old girl (Nerea Camacho) who must simultaneously face two completely new events in her life - falling in love and dying. Above all, Camino is a bright light that manages to shine though every one of the dark doors that try to stifle her desire to live, love and seek ultimate happiness. Camino is the third feature film by Oscar nominee Javier ... [+]
Language of the review:
  • es
October 17, 2008
495 of 579 users found this review helpful
Como pasa con todas las grandes películas, mucha gente no comprende ni comprenderá "Camino". Y quizá tenga bastante que ver con el momento que vivimos, en el que está tan de moda "satanizar" todo lo que tiene que ver con la religión, en especial la católica. Por ello, todo lo que signifique tratar los temas religiosos desde una perspectiva laica, poniendo en tela de juicio su valor moral, es percibido por los sectores afines al catolicismo como un ataque directo a su fe. Nada más lejos de la intención de Fesser que criticar a la Iglesia de Benedicto XVI. Aquí el único que sale mal parado es el Opus Dei.

Y es que la susodicha organización tiene tela. Resulta que, por el hecho de nacer, todos somos culpables de un gran pecado, y la única manera de purgarlo y de acercarnos a Dios es mediante el dolor y el sacrificio. Pero sacrificio con mayúsculas, es decir, renunciar a todo lo que nos de el mínimo placer. Como cuando le recomiendan al personaje de Manuela Vellés que deje su costumbre de mirar escaparates para mostrar aún más su amor por Dios. Y es que, como bien se aprecia en esta película, esos extremismos religiosos que tanto hacen por "salvar" nuestro alma, al final acaban robándonosla. Coincidirán conmigo en que para estar orgulloso del sufrimiento y la inevitable muerte de una niña hay que tener una carencia considerable de alma.

Como ya digo, ni una solo referencia positiva o negativa hacia el catolicismo o la Iglesia, porque no es ese el tema que se trata aquí. La fe es entendida en la película de dos maneras: como única guía posible para lograr la felicidad, o como clavo ardiendo al que agarrarse ante la confusión que produce el simple hecho de vivir. Es inevitable que Fesser muestre su clara afinidad por la segunda opción, pero sigue respetando a quienes eligen la primera. Y de paso, y muy sabiamente, nos dice que la figura de Dios no es la única fe que nos puede hacer afrontar la vida con optimismo. La fe en el amor puede ser todavía más grande, más valiosa. Todo un canto por el amor terrenal, que estamos seguros de que existe, en detrimento del amor divino, que bien podría ser un cuento infantil.

Pero entre tanto dogma, un mensaje que escapa a toda confesión religiosa: el eterno triunfo de la vida sobre la muerte. La muerte es inevitable, y puede llegarnos en cualquier momento. Pero, como bien nos enseña la niña protagonista, ni siquiera ella puede robarnos la alegría de vivir. El ser humano siempre sentirá el impulso de adorar la vida, no la muerte, el sufrimiento y el sacrificio. Y está en nuestra mano el ganarle la partida a la muerte, sólo tenemos que vivir la vida.

Los actores, resumiendo, todos soberbios. Una película para quien vive para vivir y no para morir.
ordell
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