Altas expectativas tiene uno puestas en esta obra que dirigida por Minnelli y protagonizada por una efusiva Jennifer Jones solo podía deparar algo positivo. Pues en el error se cae.

La "Madame Bovary" de Minnelli ofrece una serie de rifi rafes amorosos en los que el fondo de la trama queda tan diluido que casi lo más relevante es la puntual y escueta aparición de James Mason como un revolucionario Gustave Flaubert.

Jennifer Jones ni abruma ni convence, representa la osadía y el sinsentido. No hace gala de una inteligencia emocional, no hace gala de un atractivo superior, tan solo hace gala de una supuesta belleza y de la capacidad para generar estupidez a su alrededor.
Cambia el carácter efusivo de "Emma" por un carácter lujurioso de esencia instintiva.

Se deja ver, pero uno espera bastante más de tan renombrada adaptación.