Hay tantos personajes, tantos clanes, tantos apellidos, tanto movimiento de cámara, que resulta complicado seguir el hilo de la historia, que sin tener mucho fuste, se complica para el espectador.

Igual que en "Carmen y Lola", el casting estuvo acertadísimo, en este caso, cuando se presentan personajes gitanos que cumplen con muchos de los estereotipos o lugares comunes, lo mejor es contar con gitanos o por lo menos que lo parezcan para que todo resulte más creíble, en algunos casos, en esta película, este aspecto te saca completamente de la historia.

Demasiado abuso de tópicos de Canal Sur, en los primeros 5 minutos se nombran 3 supermercados, frases típicas del argot gitano, excesivamente forzadas, algunas expresiones más propias de Lorca, que en este caso chirrían.
Salvaría a Natalia de Molina que hace todo lo posible por salvar su papel. Mario Casas no le pilla el punto al acento sevillano, debería haberle dado algunas clases Antonio de la Torre que ha hecho un trabajo excepcional sobre este aspecto en "La trinchera infinita", además de un desnudo completamente innecesario y otro en el que está más justificado, pero no la apertura de plano para que veamos su perfecto trasero, que se agradece, pero que no era necesario.