Desde NADER Y SIMIN, UNA SEPARACIÓN, soy un incondicional de este gran director, contador de historias que en su simpleza nos llegan al corazón y nos enseñan cómo funciona la sociedad de su país, algo que nos demuestra que a través de su cine vemos que todos los hombres reaccionamos de forma muy similar ante situaciones también muy parecidas. Esta película ganó el Oscar el pasado año, seguro que merecidamente, pero es una película intemporal, seguro que dentro de 10 años nos conmoverá de igual forma. El ultraje, la venganza del ultrajado, la piedad o la inexistencia de ésta. Todo, perfectamente narrado, con actores grandísimos y con el regusto del cine clásico. Quizás, por poner una pega, no llega a tener el ritmo perfecto de NADER Y SIMIN, adolece de algo de lentitud inicial, pero se le perdona rápidamente cuando afrontamos la última media hora con el corazón en la boca.