“Mientras duermes” es de aquellas películas que te dejan un sabor agridulce. Por un lado es verdad que sales del cine con la sensación que te han ofrecido una propuesta original, bien planteada, con un personaje central potente y excelentemente interpretado, como no podía ser de otra manera, por Luis Tosar y en general una historia de espíritu malsano que tiene la habilidad de sacar lo peor del espectador quien no puede impedir sentir cierta empatía por el malo de la película. El problema, que acaba por pesar más en el otro extremo de la balanza, es que Jaume Balagueró parece no haber conseguido (o no haber ni tan siquiera intentado) que el tono natural, realista del que se nutren las escenas cotidianas que dan continuidad al desarrollo de la trama impregne también las escenas claves de la historia, las cuales resultan, en un innecesario “rizar el rizo”, difícilmente creíbles y alejan al espectador del núcleo del relato haciendo de esta manera súmamente complicado entrar de lleno en la historia a no ser que uno haga un extraordinario esfuerzo para tragar disciplinadamente con lo que le están contando.

Nos hallamos pues ante una película llena de buenos hallazgos a subrayar (el ya citado personaje de César, su relación con el personaje de la niña, el edificio convertido en un personaje más de la película, etc.) pero a la que la pierde su poco cuidado en los pequeños (o grandes) detalles (¿alguien puede creer que es posible que Clara no se de cuenta de todo lo que le está pasando?). Y es una lástima porque Balagueró muestra detalles de cineasta que domina el género (la escena de César tratando de esconderse imposibilitado de salir del piso de Clara es un buen ejemplo de saber generar tensión) pero posiblemente por temor a que la película adquiriera un tono demasiado sobrio y riguroso se deja llevar por la inercia de un guión chirriante que desemboca en un final, aquí sí que hay que quitarse el sombrero, brutal, contundente y desgarrador.

Lo mejor: la resolución final, simplemente genial.

Lo peor: que el grueso central del relato no se sostenga ni con alfileres.