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Spain Spain · Madrid
keizz rating:
7
Drama Isabelle (Marine Vacth) is on summer vacation in the South of France when she takes up a desultory relationship with Felix (Lucas Prisor), a hunky German tourist. He is neither her emotional nor her intellectual equal. We watch her give up her virginity to him, only to cast him aside without a care days later. We next meet Isabelle in the fall, back in Paris, where we discover that she's set up a website to accept appointments from ... [+]
Language of the review:
  • es
April 20, 2014
10 of 12 users found this review helpful
Tenía ganas de ver esta película por el magnífico sabor que me dejó la anterior película de François Ozon, titulada “En la casa”. Aunque por otra parte temía que mis expectativas no se cumplieran. Estoy acostumbrado a que cuando me gusta mucho una película, la siguiente que veo del mismo director se me queda un tanto por debajo de lo que esperaba. En este caso, la película no me ha defraudado en absoluto, aunque en comparación con la anterior, se queda un punto por debajo, pero no a mucha distancia. Definitivamente, Ozon ha dejado claro que es un director de referencia en el cine europeo actual.

La película es seductora, como su protagonista, pero esta vez voy a empezar por lo malo, o por lo que menos me ha gustado, y así me lo quito de en medio. No me gustó el final, me pareció demasiado poco creíble, aunque siempre me alegra ver en la pantalla a Charlotte Rampling, creo que la manera en que termina la película Ozon es francamente mejorable, no le sale bien el intento de descolocar al espectador.

La otra cosa que no me gustó es el modo en que nos encontramos con Isabelle convertida en puta. La película está dividida en cuatro capítulos que son las estaciones del año. Empieza en el verano, que es cuando Isabelle cumple 17 años y es una chica aún virgen que está de vacaciones en la playa y tiene un affaire con un chico alemán. Y cuando acaba el verano, empieza el otoño y tenemos a la chica súbitamente convertida en puta de lujo. Me parece un salto demasiado grande, sin explicación alguna. Un agujero negro en la trama que luego intentan aclarar con la historia del hombre que aborda a las chicas a la salida del instituto, pero no termino de verlo bien.

Y ya. Todo lo demás me gustó. La película tiene buen ritmo, es entretenidísima, el sexo está tratado con bastante buen gusto, la música está muy bien, con excelentes canciones de Françoise Hardy subrayando cada estación de la película, con cierta dosis de ternura y con un tono desconcertante que ya tenía “En la casa” que mantiene al espectador permanentemente interesado en lo que ocurre en la pantalla.

“Joven y bonita” es un disparo certero contra la moral convencional. Pone encima de la mesa el tema de la prostitución de menores, aunque no profundiza en él. Seguramente porque la protagonista de la película, pese a ser menor de edad, elije voluntariamente dedicarse a la prostitución, sin que lo necesite y sin que nadie la obligue. Lo hace por propia voluntad, como un modo de satisfacción física, emocional y económica. Hasta qué punto una chica de 17 años es dueña de su propio cuerpo, de su voluntad sobre qué hacer con él, eso es uno de los posibles debates de la película. Ozon no toma partido, simplemente lo muestra.

Isabelle después de descubrir el sexo descubre que se siente deseada y disfruta del poder que eso le otorga. Goza con la emoción de no saber con quien se va a encontrar cuando atraviese la puerta del hotel. Se deleita después al recordar la aventura que ha vivido. La parte menos interesante es en la que se produce la relación, pues no siente nada especial. A ella le encanta el antes y el después. El durante es un simple trámite. Justamente esa parte es la que quieren sus clientes. Y por eso siente que hace bien en cobrar por ello.

Después de su primera experiencia sexual en el playa con el chico alemán, Isabelle se da cuenta de que el sexo no es para tanto. Que los hombres disfrutan muchísimo con ella, pero ella no lo ve como una cosa tan mística. En cambio, disfruta siendo deseada, le da morbo hacerlo hoy con uno y mañana con otro. Y hay muchos hombres dispuestos a pagar muy bien por eso. ¿Por qué no aprovecharlo?

Ella no busca el amor romántico. Los chicos de su edad le aburren. Se siente mucho más madura que ellos. Cuando descubre su poder seductor, se engancha a él. Se da cuenta de que su encanto, belleza y juventud son un arma poderosa, y sencillamente la utiliza, porque le produce mucha más pasión sentir esa sensación que la que le otorga una relación convencional. Hasta el punto de que prostituirse llega a convertirse para ella en una adicción.

Todo esto son conclusiones que uno saca, ya que la película en eso es muy poco explícita. Ozon no nos explica los motivos por los que una chica como Isabelle, guapa, inteligente, joven, sin problemas familiares ni económicos, decide dedicarse a la prostitución. Y si el director no nos da respuestas, su rostro tampoco lo hace.

De mirada cargada de permanente tristeza, Isabelle parece huir continuamente de lo que los demás quieren que sea. Basta que alguien quiera ser su novio para que ella lo rechace. Si su madre quiere que sea de una determinada manera, ella se esfuerza por ser lo contrario. Siempre intenta hacer lo opuesto a lo que se espera de ella. ¿Rebeldía juvenil?

La única parte en que parecen aflorarle los sentimientos es cuando habla con el psiquiatra acerca de su mejor cliente, un viejo que la trata de un modo bastante tierno y al que ella ve de un modo algo distinto que a los demás.

No puedo terminar estas palabras sin ponderar a la gran artífice de todo esto, una actriz desconocida para mí, que se llama Marine Vacth, que encarna con gran maestría a esta Lolita de Ozon. Tremendamente bella y misteriosa, carga con todo el peso interpretativo de la película y sale airosa del intento. Tan preciosa como fría, con una gran ambigüedad, cautiva al espectador completamente. Todo un descubrimiento.

http://keizzine.wordpress.com/
keizz
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