La idea de la película no es mala, empezando por los actores. Con la poco conocida en nuestro país Mandy Moore en el papel protagonista, acompañada por un clásico en la comedia como es Robin Williams y aquí es donde viene el problema principal. Lo que hubiera podido ser una comedia graciosa, se convierte en un film a mayor gloria de Robin Williams, con algunos chistes fuera de lugar, situaciones estrambóticas y desaguisaos varios en los que la pareja protagonista parece perder los papeles contínuamente. Mientras el Sr Williams y un niño monaguillo van haciendo sus gracietas y chistes de dudosa comicidad.
En fin, lo que hubiera podido ser un film correcto sin más, se convierte en una especie de batibullo, un sálvese quien pueda.