Muy mal andamos los humanos cuando nos obligan a ir en masa a visionar un film en el que dos sujetos se van cargando gente entre risas, y te presentan la profesión de asesino como algo glamouroso, estresante y érotico festivo, donde la vida de las personas solo cuenta lo que puedas pagar. Nos hacen vivir en ese mundc, y por ello no me extraña observar a Bin Laden y a sus secuaces seguir el ejemplo con el Corán encima de la mesa o al amigo de Ansar yendo a misa antes de bombardear Mesopotamia.

Pocas cosas te acaban sorprendiendo ya, y espero que al subnormal que ideó esta infeliz historia se le caiga la pilila a cachos la próxima vez que tenga otra genial idea. Todos a los que se cargan eran colegas míos. Y es que encima es mala...