Lo que me había resultado grandioso en otros films del director (como "Vete y Vive" o "El concierto") está presente en los primeros minutos de La Fuente de las Mujeres.
Sin embargo, y a riesgo que los lectores se ofusquen, lo grandioso se acaba por derrumbar pronto.

Una aldea de Medio Oriente, donde las mujeres se encargan de buscar el agua, colapsa el día que las muchachas deciden dejar esa labor y utilizar como método de protesta una huelga de sexo.

A poco tiempo de tomada esta decisión la sociedad comienza a colapsar y trae además, otros problemas coyunturales.

Aclarar que las actuaciones son soberbias y las puestas en escena y escenarios, son sublimes.
El problema es que cuando a su director se le acaban las ideas comienza con la reiteración desmedida. Y con la reiteración llega el "panfleto" con mensajes aleccionadores y frases que mejoran la vida.
Casi a la par que los hombres van perdiendo la paciencia con la medida tomada por las mujeres, el espectador pierde la paciencia con el director.
Entonces los últimos veinte minutos, que parecen de más, se hacen insostenibles.

Tal vez el carácter pretencioso del film, que pretende ser serio antes que emotivo, le quita el combustible para llegar a un final logrado.

En un electrocardiograma de momentos, algunos excelentes alternados con otros tediosos, La Fuente de las Mujeres equivoca el camino. Aunque por momentos sea inolvidable.