Acabo de ver por segunda vez, después de muchos años , Beautiful Girls. Y no es que no haya perdido ni un poco de su encanto, es que me ha gustado incluso más que la primera vez. Puede ser que ahora tenga la edad de los protagonistas y los sienta mucho más cercanos.
Beautiful Girls habla de ese momento de la vida en el que te das cuenta que ya has llegado, que estás ahí. Toda tu juventud soñando con lo que tendrías pasados treinta, con tus logros, y una vez que has llegado ves que nada de lo que tienes tiene que ver con aquellas ilusiones de juventud.
La película habla de todo esto con gracia, con encanto y con bastante melancolía, derrochando buen gusto por los cuatro costados. Nos muestra unos personajes perdidos, tratando todavía de encontrar su sitio, cometiendo errores. Y en cambio todos resultan cercanos, te puedes identificar perfectamente con ellos.
El precioso guión destila inteligencia en cada diálogo, y los actores parece que no interpretan, sencillamente viven. Y para recordar queda esa preciosa niña (hoy ya deslumbrante mujer) que es Natalie Portman. Su personaje, Marty, es de esos que enamoran, no solo a Thimoty Hutton, sino a cualquier espectador con un mínimo de sensibilidad. Estoy seguro de que hoy en día, con diez años más, Marty será una mujer inteligente y maravillosa.