175/24(29/05/11) Fallido y sobrevalorado film del excelente realizador Sidney Lumet, siempre espero mucho más de él, basado en hechos reales, adolece de ritmo, lo que cuenta además de manido lo hace sin aportar algo nuevo, una historia de corrupción en la que hay un verso suelto que quiere denunciarlo y se topa con lo complicado que es nadar contracorriente. Es una cinta con la que el director comenzó una serie de trabajos críticos con las autoridades policiales, le seguirían ‘El Príncipe de la ciudad’ y ‘Distrito 34’, en esta que me ocupa la historia me resulta lánguida y reiterativa, una especie de bucle continuo, en un honrado e idealista policía neoyorkino, Frank Serpico (sobreactuado Al Pacino), se topa desde sus comienzos con que los sobornos en las comisarias es algo tan normal como el respirar, y él decide rebelarse ante esto pero chocará con dificultades una detrás de otra y mientras sufrirá la ira de sus ‘colegas’. Este relato me resulta forzado, no se las románticas motivaciones por las que Serpico es insobornable, es como un extraterrestre en medio de algo que parece tan normal, no es bien descrito Serpico, me es superficial, su caracterización no ayuda, por mucho que sea la realidad, me es un hippy que no encaja como poli, con esas pintas no me extraña que no cayera bien, aunque hubiera cogido sobres, el gran Al Pacino no ayuda con una labor histriónica, está pasado de rosca, parece salido del SobreActor´s Studio, siempre con cara de mala leche, siempre gritando, Lumet después si conseguiría domarlo para la estupenda ‘Tarde de perros’. La película posee una puesta en escena muy setentera, intenta ser un reflejo muy realista del momento, nos pasea por un Nueva York deprimente, bebe del feísmo, como queriendo transmitir un mundo podrido, su estilo narrativo es demasiado seco, cuesta trabajo digerir la epopeya de este mártir, la historia discurre sin más, no te emociona, no te engancha, no hay clímax, no hay personajes empáticos, pues Serpico será muy integro, pero de personalidad demasiado hierática como para calarte y es que cuando acaba me da igual lo que le haya pasado. Hay formas mejor de hacerte llegar la historia de un tipo honesto que no esta tan aburrida y lánguida, Lumet nos ha dejadio obras de gran valor, ‘12 hombres sin piedad’ o ‘Tarde de perros’, esto es solo un resbalón. Fuerza y honor!!!