14/14(17/01/11) Spike Lee ofrece en este pasable trabajo su particular homenaje a los soldados negros que combatieron en la W.W.II y que según él han sido marginados en los infinitos films que se han hecho sobre el conflicto, algo similar a lo que la gala ‘Indigenes’, que reivindicaba la valerosa presencia de soldados argelino-musulmanes en la guerra. El argumento arranca en la década de los 80 en Nueva York, en una oficina de correos un anciano empleado en una ventanilla sin mediar palabra dispara y mata a un cliente con una luger nazi, estando detenido ante las preguntas de un periodista cuenta su historia de lo que le pasó en la Toscana italiana durante la Segunda Guerra Mundial, allí la Compañía Búfalo está formada por negros pero capitaneada por un blanco, en una incursión militar hay una encarnizada lucha contra los alemanes en un río, cuatro soldados quedan tras las líneas enemigas. La cinta parece hecha con un manual de clichés y situaciones manidas, todo está envuelto en un dejavú continuo, con diálogos insustanciales, situaciones que van de lo trivial a la vergüenza ajena, esta vergüenza ajena sería su bochornoso final, un final que encima es pretencioso, pretende conmover y lo que provoca es un insulto a la inteligencia. Lo único reseñable es su muy buena puesta en escena, con unos escenarios naturales muy bellos, con un precioso pueblo toscano, Gioviano, fotografiado magistralmente por Matthew Libatique (Habitual de Joel Schumacher y Darren Aranofsky) y con una adecuada música del su compositor de cabecera del realizador Terence Blanchard. Spike Lee ha naufragado con esta obra, ha querido hacer su versión afro de ‘Salvar al soldado Ryan’, de hecho la estructura es similar, y no ha tenido ni los mimbres ni la capacidad para acercársele, ha hecho un metraje demasiado extenso, como si longitud en el cine fuera sinónimo de profundidad, cuando en este es igual a tedio, el ritmo narrativo es espeso, le cuesta desarrollarse, incluso hay personajes metidos con calzador que llegan a lastrar su cadencia, el guión es demasiado disperso y manipulador, toca muchas tramas sin apuntalar su núcleo. Los personajes carecen de personalidad, su carisma es nulo, transmiten la nada, no llegando a empatizar en momento alguno con ellos. Cabe esperar mucho más del buen director Spike, que encima tuvo la osadía de meterse con la extraordinaria obra de Eastwood ‘Banderas de nuestros padres’ simplemente porque no salen negros, de una bajeza moral enorme, como si la calidad se midiera por el color de la piel, bochornoso. Fuerza y honor!!!