Basada en la novela homónima de Winston Groom, esta fabulosa película considerada un clásico instantáneo e imperecedero consiguió no sólo un gran éxito de crítica y público (y ganar el Óscar ante “Cadena perpetua” y “Pulp Fiction”) sino dar a la cultura popular un personaje inolvidable, el entrañable Forrest, un referente, autor de varias frases que forman parte del acerbo común.

También se llevó los Oscars a la dirección (excelente Zemeckis, en la mejor película de su destacada carrera), por supuesto a Tom Hanks (en el papel de su vida, y eso es decir mucho), y al guion adaptado de Eric Roth.

Con una banda sonora sensacional, divertida, interesante, tratando con sabiduría un montón de temas importantes para la gente, buscaba constantemente la complicidad del encantado espectador, intercalando personajes y acontecimientos reales en la vida de Forrest (soberbio el montaje). La preciosa historia de amor con Jenny (maravillosa Robin Wright), la estupenda amistad con el teniente Dan (gran Gary Sinise), la ternura y sacrificio de su madre (fantástica Sally Field)… Una película llena de razones para ser lo que es: uno de los mejores bombones de la caja.