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LibertyVallance rating:
5
Drama In an incredible twist of fate, Scottish doctor Nicholas Garrigan (James McAvoy) on a Ugandan medical mission becomes irreversibly entangled with one of the world's most barbaric figures: Idi Amin (Forest Whitaker). Impressed by Dr. Garrigan's brazen attitude in a moment of crisis, the newly self-appointed Ugandan President Amin hand picks him as his personal physician and closest confidante. Though Garrigan is at first flattered and ... [+]
Language of the review:
  • es
February 25, 2007
61 of 81 users found this review helpful
"El poder corrompe, el poder absoluto corrompe absolutamente", dijo alguien. La corrupción moral, polìtica y social que representan la tiranía y la autocracia ha servido para producir magníficas novelas, obras de teatro y ,por supuesto, tambièn grandes películas.

En sus primeros veinte o treinta minutos "El último rey de Escocia" parece que puede convertirse en una interesante película acerca de la figura del sangriento dictador Idi Amín Dadá, quien gobernó Uganda con mano de hierro durante los años 70. Amín fue llevado al poder por el imperailismo británico para mejor controlar el país, acabar con el desprestigiado gobierno del dictador anterior -Obote- y evitar la amenaza de una insurrección liderada por los comunistas.

La primera parte de la película se mueve en terrenos muy sugerentes y parece apuntar alto: se muestran sin subrayar todos esos elementos: la demagogia populista de Amín, su utilización por los británicos y al mismo tiempo el primer esbozo de sus contradicciones con ellos; al mismo tiempo las contradicciones de su torturada psicología y su extraña relación con el Dr. Carrigan, joven médico escocés a través de cuyos ojos alucinados seguimos la historia.

Sin embargo, en mi opinión la película acaba resultando fallida por dos lados diferentes. El primero es que renuncia a entrar con la profundida, complejidad y riesgo que exigiría el tema en las contradicciones de Amín, su personalidad, orígenes sociales, etc. Todo esto está simplemente esbozado y ni siquiera la excepcional interpretación de Forrest Whitaker evita que pasemos de ver a un personaje patético, inquietante, que salta de una especie de exuberancia e inocencia infantil a los crímenes más horrendos y la tiranía más sobrecogedora. Pero la película abandona la lucha por entrar en el alma de ese personaje y opta por la solución , en mi opinión más fácil (y menos atractiva artísticamente) que es hablarnos de cómo el joven y supuestamente inenuo doctor escocés va descubriendo el rostro de la barbarie bajo la exuberancia tanto de África como del Presidente Amín.

Este es el segundo aspecto en que para mi falla la película. Simplemente no me creo ese pasar de puntillas del Dr. Carrigan por el horror de una de las dictaduras más brutales de la época. Tampoco me creo demasiado todos esos hilos sentimentales sin atar que va dejando la película entorno a ese doctor.

Lastrada por estos dos fallos graves la película va perdiendo alcance dramático y profundidad y lo único que la mantiene a flote en su recta final es el thriller que encierra dentro, la intriga de qué pasará, y la extraordinaria interpretación de Whitaker que se echa la película al hombro cada vez que sale en pantalla y se encarga de intentar concentrar en su rostro y sus gestos toda esa barbarie y contradicciones que la historia nos dice que hay en su personaje pero ni el guión ni la dirección consiguen extraer.
LibertyVallance
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