Resulta que en 2013 en el Reino Unido se estrenaron dos películas muy similares en cuanto a su idea principal pero muy diferentes en cuanto a su contenido y acabado, estas son 'Dom Hemingway' de Richard Shepard y 'Filth, el sucio' de Jon Baird. Las dos tratan la vida de dos fracasados desde un prisma de hiper realidad aumentada hasta el exceso, la fealdad y la asquerosidad, donde sus dos actores principales se entregan en cuerpo y alma a revolcarse por el suelo mientras la cámara los apunta el 90% de la película solamente a ellos.

Por lo que son demasiadas similitudes como para no ponerlas a las dos en una balanza y cualquiera que las haya visto podría discernir que 'Filth, el sucio' es una obra redonda, psicotrópica, rara, especial y con una actuación principal impresionante, mientras que la que aquí nos ocupa, Dom Hemingway, es un intento de llamar la atención sin talento, con 3 o 4 escenas originales que divierten por la forma en las que han sido rodadas (como el accidente de coche), y sobre todo por algunos diálogos, con un buen Jude Law que tendría que esperar solo 3 añitos más para conseguir el papel de su vida con 'El Joven Papa'.

A destacar de nuevo Emilia Clarke en una nueva demostración de nulidad interpretativa y que encima adopta el papel que más hace cojear la trama, con un sentimentalismo barato y moralidad que no pegan con lo que nos habían estado contando hasta ahora y que hace de esta película algo muy olvidable.