Busqué esta película tras verla recomendada por aquí junto a "Concursante" (una de mis 2-3 películas españolas favoritas de los últimos 10-15 años) como joya a descubrir del cine español contemporáneo.

El debut de Balagué (que también firma el guión) es absolutamente irregular. La película tiene una primera hora MUY BUENA, con sus imperfecciones si se quiere, pero que te atrapa en su trama de intriga y terror. Un arquitecto (Andoni Gracia) y su pareja (Mónica López) rompen su relación y el tio se queda viviendo solo en su casa de tres plantas de 500 metros cuadrados. Una noche ve a un tio merodeando por su casa. Al día siguiente ese mismo tio (al que no vemos la cara en ningún momento, primera trampa del director) llama a su puerta y le pide que le deje llamar por telefono. Le deja solo en el comedor para que llame con tranquilidad, y al volver de la cocina al cabo de unos minutos el tipo ha desaparecido. A partir de ese momento el arquitecto creerá que el desconocido se ha quedado en la casa. Los ruidos de pasos furtivos en otras zonas de la vivienda, puertas que se abren y se cierran, ventanas que golpean, sombras y reflejos que el arquitecto ve o, cree ver, durante varios días terminan por romperle los nervios para terminar pidiendo ayuda a su ex y la presencia de la policía.

La peli me estaba gustando, así que traté de quitar importancia a un par de detalles algo increibles (ver SPOILER), ya que luego los colegas me llaman tiquis-miquis o tengo que oir lo de que "el cine es para pasarlo bien, no para pensar". OK, vale.

Es entonces cuando llega una escena a la que le doy muchísimo mérito: me asustó de verdad. Sentí un escalofrío, y eso es algo que no me pasaba viendo un thriller desde NI RECUERDO. Una escena de terror de lo más clásico: sugiriendo más que mostrando, tirando más de "Alien" y "Tiburón" que de cualquier producción actual cargada de infografía. Morales me acojonó con el terror más primario: una puta sombra. ¿Y quién no se ha sobresaltado de noche con algún ruido extraño dentro de casa? El planteamiento hasta entonces había sido ése, una casa de apariencia normal pero que acojonaba por su espacios vacíos. Y su atmósfera angustiante (buen uso de la música también) funcionaba.

Sin embargo la resolución de la escena me pareció aún más increible (en este caso por no creible). El personaje principal empezaba a actuar de una manera que a mi me parecía incongruente, y empecé a temer que estaba delante de otro film NOLANIANO donde nada es lo que parece y todo termina siendo un sueño. Los siguientes minutos de la peli son ABSURDOS. El film cambia de registro y parece virar hacia la comedia romántica por momentos, rompiendo el envoltorio de misterio por momentos. Pero es la incoherencia la que domina la película en su segunda mitad, con situaciones y diálogos sin ningún tipo de sentido y que, como digo antes, te hacen pensar que todo tiene un doble o triple significado que al final de la película, con suerte, te será desvelado. Que Mónica López haga dos papeles distintos (quizá es que yo no llego a entenderlo) ayuda bastante a esta sensación de irrealidad.

Pues no, todo se va enmarañando hasta llegar a un final DE TRACA que si algo desvela es que el director es un JODIDO TRAMPOSO que ha jugado con el espectador para dar un giro final que tendría su gracia de no ser por eso mismo, por ser un truco. Increible cómo la película pasa de notable a suspenso absoluto en cuestión de minutos.

Como buena peli española no faltan un par de escenas de sexo más o menos gratuito donde Mónica Lopez enseña las peras y más tarde se hace un dedo antes de irse a dormir. La cuota ineludible para cualquier realizador debutante en el cine español.

En definitiva, otra MIERDACA más dentro del género que algunos se atreven a decir que es el más destacado del cine español actual (que si uno lo piensa bien, tampoco es decir mucho), el FANTA-TERROR, por películas como "REC", "El orfanato", "Los otros"... Un género que vive en España, para algunos, su "época dorada" desde que Amenábar filmase "Tesis" (peli que siempre me pareció normalita, pero que con el tiempo me parece de lo más potable dentro del género). En cambio para mi el "fanta-terror" español sólo tiene como acertado su etiqueta, si es que lo de "fanta" hace referencia a esa bebida que, una vez abierta, con el paso de los minutos (o de los días) pierde paulatinamente toda la efervescencia de su gas, de su "efecto especial" para terminar dejando al desnudo un líquido de sabor algo repugnante y artificial.