Koji Yamamura adapta al terreno de la animación el cuento "Histoire du vieux crocodile" de Léopold Chauveau. Un ilustre escultor francés que, tras documentar la Primera Guerra Mundial desde el frente, se versó en la escritura de cuentos y fábulas sin moraleja aparente. Mayormente con voluntad de retratar el estado de "horror vacui" que se vivió tras la contienda. Relatos protagonizadas por animales con un impulso irrefrenable que les condiciona y guía por un curso de situaciones anómalas, absurdas y autodestructivas, sin traicionar nunca su propia naturaleza salvaje e indómita. En este caso, el hambre insaciable de un anciano cocodrilo actúa como nervio de toda la historia. Yamamura lo representa de color negro sobre una paleta contrastada de matices de color sepia y rojo. Elección que mantiene el aura de cuento de las ilustraciones originales de Chauveau con trazo minimalista. Un buen trabajo de sonido sumado a la calidad de la narración añade consistencia y eleva la carga de cinismo satírico del relato.

Un cortometraje extraño y desconcertante por lo imprevisible y pertubador que se vuelve a medida que avanza. Yamamura consigue adaptar perfectamente el estilo de Chauveau, pues al menos a mí me dejó una sensación inquietante de vacío al terminar su visionado. Con todo, la considero recomendable por su originalidad aunque Yamamura tiene obras de mayor calado y altura creativa en su filmografía como «Muybridge's Strings» o «A Country Doctor».