Esta película es una adaptación de una novela homónima de Robert Katz, la que a su vez fue inspirada en la masacre de las fosas ardeatinas, que consistió en una matanza de más de 300 civiles italianos en represalia por la muerte de soldados alemanes en manos de la resistencia.
La película constituye un crudo relato de los hechos. Que un relato sea crudo no necesariamente implica escenas en exceso sangrientas o subidas de tono, sino que los hechos se relatan tal como fueron sin un mínimo intento por suavizarlos.
Sin perjuicio de que cada espectador tiene sus gustos, catalogar el filme como bueno es quedarse corto. Es un filme muy cercano a la obra maestra, sólo unos pequeños desperfectos le impiden ser catalogada como tal.
Richard Burton interpreta al coronel Herber Kappler, quien es retratado como un hombre mesurado y con cierto desencanto por el nazismo. En realidad era más decidido y cruel, además de ser muy entusiasta de la causa nazi.
Marcelo Mastroianni interpreta al padre Pietro Antonelli, personaje ficticio probablemente en otros miembros del Vaticano, especialmente el padre Hugh O'Flaherty. Si bien tiene una buena actuación, su rol es claramente introducido con calzador y su aporte a la trama es escaso o nulo; bien pudo omitirse.
Sobre la actuación de Leo McKern como el oficial Kurt Maelzer, por algunos momentos se desempeña correctamente y en otros sobreactúa en demasía, llegando a niveles caricaturescos.