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roncesvalles rating:
7
Comedy 'The Disaster Artist' is the true story of the making of the film 'The Room', which has been called "the Citizen Kane of bad movies". Tommy Wiseau’s cult classic has been screening to sold-out audiences nationwide for more than a decade. 'The Disaster Artist' is a buddy comedy about two outsiders chasing a dream. When the world rejects them, they decide to make their own movie – and it’s a movie so wonderfully awful due to its ... [+]
Language of the review:
  • es
March 11, 2018
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No ha tenido suerte en los Oscars la historia de “The Room”, la peor película de la historia y sin embargo, o quizá por ello, película de culto, el nuevo “Rocky Horror Picture Show”. El caso es que “The Disaster Artist” había que hacerla. Y James Franco supera el examen con nota, aunque sin graduarse quizá con los honores que corresponden toda la expectación que ha levantado. Y es que Franco se enfrentaba a un obstáculo en mi opinión insalvable.

La clave de todo está, como era de esperar, en el inefable y misterioso Tommy Wiseau, el artífice de “The Room”. Era una historia que merecía ser contada, y Franco acierta al construirla totalmente en torno al esqueleto que supone la amistad entre Wiseau y el joven Greg Sestero, aspirante a actor y pieza clave para que el engendro que rodó el primero saliera adelante. De este modo evita en la medida de lo posible el tono documental y añade una trama que se desarrolla en paralelo al antes, el durante y el después del rodaje propiamente dicho.

Hasta ahí todo bien; Franco está genial como sosias de Wiseau, la historia está contada con fluidez, entretiene y engancha, despeja muchas de las incógnitas que surgen del visionado de la cinta original, y la réplica de las escenas de ésta es extremadamente fiel. Sin grandes alardes en lo cinematográfico, con corrección, pero es que la clave aquí era sumergirnos en el universo Wiseau. Y es aquí donde el director (el de verdad, no el fantoche) se topa con una pared: el propio Wiseau. Un personaje oscuro, hermético, huraño y caótico. ¿Cómo construir un a modo de biopic sobre alguien así, del que no conocemos ni siquiera su origen (y que no suelta prenda acerca del tema)? Ante eso, el director tiene dos opciones: Echarle imaginación y rellenar los huecos con algo de ficción (algo que no creo que Wiseau hubiera permitido y que además habría echado por tierra la credibilidad del proyecto) o atenerse a los hechos y los datos contrastados y confrontar al artista del desastre con su joven amigo, haciéndonos partícipes de su motivación, evolución y perplejidad ante los vaivenes del carácter de ese director-villano al que ni él ni nosotros llegamos a conocer, porque es un misterio envuelto en un misterio.

Con todo, estamos ante una cinta necesaria, accesible, bien hecha y que se disfruta sin necesidad de haber visto la otra película, aunque creo que el deleite es mucho mayor si previamente nos hemos armado de paciencia para no levantarnos del sillón durante los 99 minutos que dura “The Room”, y más aún si hemos tenido la capacidad de disfrutarla del único modo que es posible: sabiendo a lo que vamos y con mucho, pero mucho, sentido del humor.
roncesvalles
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