Tuvieron que pasar unos cuantos años para poder asistir a una tercera reencarnación de nuestro policía John McLanne. Esta tercera parte tenía el difícil reto de superar a sus ya demasiado impresionantes predecesoras, por lo que incorporaron ciertos cambios en su narrativa y estructura con geniales resultados, pero con opiniones también bastante posicionadas des de todas las vertientes.

Esta vez, se nos ofrece a un McLanne igual de canalla, pero más desgarrado y solitario, este aspecto es quizá hasta mejor, pues el personaje gana en términos de vulgaridad y de descaro, haciéndole aún más entrañable y admirado por sus seguidores. Como ya pasó en su primera entrega, John McTierman recupera la dirección incorporando una serie de cambios.

Para empezar, la película dispone de una mayor escala, donde su desarrollo ya no se centra en un único espacio como sus predecesoras, acontecidas en un edificio y en un aeropuerto, respectivamente. Aquí se opta por dejar suelto a McLanne por la gran ciudad. Aunque la idea sea más que acertada e innovadora, a mi gusto, era preferible cuando se desarrollaba en un único ámbito.

Otro cambio bastante patente es que aquí el protagonista cuenta con la ayuda de un compañero, encarnado por un divertidísimo Samuel L. Jackson. Es innegable que el mayor atractivo del film es contemplar la curiosa pareja que forman Willis y Jackson, con una indiscutible química. Jeremy Irons se encarga de encarnar al antagonista de McLanne, y el resultado es bastante complaciente, es un villano bastante creíble e interesante.

Lo que no ha cambiado en absoluto es su dinámico ritmo y montaje, que se sigue manteniéndose intenso, en parte debido a que Willis tenga que moverse por cuestiones argumentales, siempre a contrarreloj por la gran manzana.

Esta tercera entrega incorpora ciertas novedades a la saga, y pese a que no llegue a ser tan magistral como sus predecesoras, no deja de ser una grandiosa continuación y todo un film de referencia al cine de acción de la vieja escuela, cuando aún no todo estaba reñido por el CGI.